El nombre Isaac París empieza a sonar cada vez más en el fútbol nacional, gracias a sus apariciones con el Cartaginés y al golazo que le clavó al Santos en la paliza por 4 a 0 del cuadro brumoso, el martes pasado.

En este torneo, París, de 20 años, ha marcado dos goles, uno ante Guanacasteca cuando Cartaginés empató en el Chorotega de Nicoya 2 a 2. Luego, marcó en el 4 a 0 en la goleada de los brumosos a los santistas en Cartago.

Lo que alegra a los paperos, es que París tiene mucho que aportar todavía y, además, cuenta con el ADN futbolero por sus venas pues su papá, don Randall París (qdDg) fue jugador de la primera división con Saprissa, aunque por muy poco tiempo. El papá era volante central.

Don Randall realizó la mayor parte de su carrera en segunda división, con equipos como Uruguay de Coronado, Pérez Zeledón, Cariari y fue legionario en Corea del Sur, junto con el técnico de Saprissa Jeaustin Campos y el portero Kurt Kelly.

El hermano de Isaac, Randall París, nos contó que él estuvo en las ligas menores de Alajuelense, luego pasó al Herediano hasta el alto rendimiento, pero un problema en su vista lo hizo abandonar el fútbol, pero sin duda, el ADN futbolero es de familia.

Isaac es vecino de San Antonio de Desamparados y forma parte de una familia de cuatro hermanos y la mamá, doña Giovanna Ulloa. Además, tienen un medio hermano.

Gina París, su hermana, nos contó que el núcleo familiar es superunido, que cada vez que pueden salen juntos y que siempre se apoyan. Sus otros hermanos son Randall, Caleb e Isaac, quien es el menor.

La hermana nos reveló que Isaac es un muchacho muy reservado, pero de buenas costumbres, estudioso, disciplinado y que le gusta andar siempre bien catrineado y oliendo rico.

“Es superhogareño, al punto que el día que firmó el contrato con Cartago le contó a mi mamá pero ella no le podía contar a nadie para que él diera la noticia. Pero mi mamá le contó a la abuela, la abuela, al abuelo, el abuelo a un vecino y cuando llegó, todos sabían”.

“Se puso bravo porque él quería dar la gran noticia a la familia. Es muy tranquilo, pero muy celoso de su entorno. Es callado, pero si usted le llega a hablar, él le va a hablar. Es muy buena gente”, dijo.

Desmotivado

Isaac comenzó a jugar en la escuela de fútbol de Eduardo Gamboa en Desamparados, donde empezó a mostrar potencial.

Su papá, don Randall, siempre los motivó a hacer deporte, por lo que Isaac estuvo un corto periodo recibiendo clases de karate.

Allí estuvo algún tiempo hasta que los abuelos, que andan para arriba y para abajo, decidieron llevarlo a probar suerte con Alajuelense.

“Estuvo a prueba un tiempo y también en la selección U-15, pero no quedó en la lista de la Tricolor ni en el proceso de la Liga. Estuvo desmotivado, lo golpeó un poco. Entonces, al tiempo le preguntamos si quería ir al Cartaginés y dijo que sí, y hasta la fecha”, comentó su hermano Randall.

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Ahora, cada vez que Isaac juega se reactiva el chat familiar. Si el partido es en el Fello Meza van los que pueden y si no lo ven por tele. A Gina le toca pegar gritos sola porque vive en Guanacaste.

Randall cuenta lo emocionante que resulta ver al cumiche de la familia anotando.

“El primer gol (ante Guanacasteca), lo vi aquí en la casa. Me puse a llorar de la emoción, verlo celebrar de esa manera, fue muy emocionante porque le ha costado, a él nadie le ha regalado nada”, dijo Randall.

“El segundo gol estábamos en el Fello Meza y cuando la pifió dije ‘que madre’, pero inmediatamente la pegó y metió un golazo. Brinqué de la emoción, volví a ver a mami y tenía los ojos llorosos. Nos abrazamos, estábamos muy emocionados”, reveló.

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Isaac solo quiere seguir teniendo minutos y aportando a la causa brumosa y para conseguirlo tiene el gran respaldo de sus hermanos y de la mamá.

“No hay nada malo que decir de ese muchacho. Es muy apegado a la familia, cuando podemos vamos al cine los cuatro, como hermanos, luego vamos a cenar”, comentó Gina.

“No es noviero, hasta ahora anda con una muchacha, pero es muy tranquilo” añadió Gina.