El astro el futbol brasileño, Edson Arantes do Nacimiento “Pelé”, protagonizo un episodio insólito en su carrera cuando fue expulsado por el árbitro Guillermo Velásquez, pero siguió jugando ante la presión del público.
Los hechos ocurrieron en 1968 durante un partido amistoso entre la selección de Colombia y el Santos de Brasil, equipo en el que militó el brasileño gran parte de su carrera.
El partido se calentó desde el minuto tres cuando los locales se pusieron al frente con una anotación que el juez de línea marcó como posición adelantada, pero el réferi la dio como válida. Esto provocó que el capitán brasileño pateara a Velásquez.
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En los minutos finales del primer tiempo Pelé falló un remate y reclamó que le habían cometido falta, pero el árbitro no lo señaló y el “O Rei” le dedicó una lista de groserías que el silbatero, quien había vivido en Brasil entendió completitas y lo expulsó de palabra (aún no existían las tarjetas rojas).
Eso hizo que se armara la de san Quintín y los jugadores del Santos se le fueron encima al árbitro y hasta lo agarraron a golpes. El público reclamó su regreso a la cancha y los dirigentes terminaron expulsando al árbitro y permitiéndole al delantero brasileño seguir en la cancha.
Velásquez no se quedó tranquilo y se fue a la comisaría más cercana y denunció a 25 miembros de la delegación del Santos.
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“Los únicos que no me pegaron fueron el médico, el periodista y Pelé”, reveló el réferi a un medio local en aquel entonces.
El equipo se tuvo que quedar dos días más por la situación y terminó pagándole a Velásquez para que levantara la denuncia.