Quedarse en casa de brazos cruzados, únicamente cumpliendo con los trabajos de acondicionamiento físico encargados por San Carlos, no es el plan del defensor limonense Rudy Dawson.
Y es que el jugador ha seguido trabajando duro en su negocio de venta de comida y aprendiendo bastante sobre cocina, una pasión que trae desde que era un niño.
- ¿Es cierto que se dedica a la venta de comidas caribeñas?
Sí claro, pero no solo ahora por el coronavirus, esto lo hago desde que jugaba en Uruguay de Coronado y hace dos años, cuando llegué a San Carlos, también le puse bonito y ya tengo mis clientes.
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- ¿Qué vende?
Por ahora rice and beans, patí, platintá, pollo caribeño, cocadas, pan de jengibre...
La idea es mezclar todo lo caribeño con el sector de San Carlos, porque esta zona produce muchas otras cosas que sirven para poder ampliar mi idea de trabajo.
- Nos contaron que está estudiando cocina...
Sí, desde enero de este año. Debo agradecerle al equipo de San Carlos el hecho de haberme dado una beca para poder estudiar Gastronomía y Panadería en el Instituto Cosvic.
- ¿De dónde trae este gusto por la cocina?
Mi mamá, July Forbes Volan, conocida como Ana, desde que estaba pequeño me inculcó el hábito de cocinar. Cuando tenía 10 años recuerdo bien que nos enseñó a cocinar arroz, algo que a mí me sirvió de mucho porque con esto del fútbol yo salí muy joven de mi casa.
En el caso de mi mamá, ella cocina demasiado rico, los que la conocen saben que estoy siendo sincero.
- ¿Qué le gustaría incluir en su menú?
Bueno, con el tema de la gastronomía he ido aprendiendo a cocinar otras cosas. Por ejemplo, en un programa que hicimos esta semana para el club (una transmisión en el Facebook de San Carlos), preparé junto a mi amigo Javier Obregón, a quien conocí en el instituto, unas costillas con un picante muy rico y una salsa agridulce, para demostrar puedo hacer no solo cosas caribeñas.
Esto de la cocina siempre me ha gustado demasiado por eso quiero crecer.
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- ¿Este será el futuro de Rudy Dawson?
Yo creo sí, pero la verdad, en este momento que vive el mundo, ya me ayuda a poder ajustar la economía de la casa, sin olvidar el gran esfuerzo que hace el equipo por respaldarnos en un momento tan incómodo. Inclusive tengo mi página en Facebook llamada “Sabor de Dawson”.
- ¿Usted lleva la comida que le encargan?
Así es, tanto cuando estaba en Uruguay como ahora en San Carlos, esa es la forma en que trabajo. Yo la llevo a donde me lo pidan, teniendo presente las medidas sanitarias de cuidado para mí, como para las otras personas.
Además, por ahora no hay forma de tener un motorizado propio. Con el tiempo, cuando todo vuelva a la normalidad, veremos si puedo tener un local propio.
- ¿Ese posible negocio dónde lo ubicaría, en Limón o San Carlos?
Seguro que será en San Carlos, porque desde que llegué aquí el cariño por mí, mi familia y amigos ha sido espectacular.
Mis hijos han ido creciendo aquí, con la mejor educación que un padre puede pedir. La lista de clientes es de San Carlos y la verdad debo devolverle a toda esta zona la forma en que me acogieron, como si estuviera en Matina, de donde provengo, le debo mucho a toda la afición norteña.
- ¿Cuál es el horario de trabajo?
Yo trabajo bajo pedido con unos dos días de anticipación. Por ejemplo, si me encargan pedidos un domingo, entonces los llevo el martes, pero recién hechos. Para eso me levanto a las cinco de la mañana y empiezo a cocinar lo que me pidieron, porque no le voy a vender a nadie algo de domingo o lunes, tiene que ser fresco.
- ¿Hay alguien que le ayude?
Mi señora, Kimberly Brenes Soto; mi suegra, Doris Soto; mi cuñada, Hillary Brenes; a veces mi mamá cuando está conmigo; lo mismo que Javier Obregón. Todo depende de la cantidad que se deba preparar. Los pedidos siempre son buenos, gracias a Dios.
Y ojo, aunque mis hijos, Eithan y Antoine Dawson, están pequeños, ya les estoy inculcando esta idea para que tengan cómo protegerse en su futuro, como personas de bien. Por cierto ya viene en camino mi tercer hijo.
- ¿Cómo está manejando el tiempo de los entrenamientos?
Esto lo he ido repartiendo, a veces lo hago en la mañana o bien en las noches, porque es más fresco. Eso no lo descuido para nada y es otro aspecto que deseo que mis hijos aprendan, para que puedan tener un futuro sano.