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A punta de tiros libres, el lateral de Carmelita Jorge Gutiérrez se ha ganado el respeto y los aplausos de los fiebres del fútbol tico.
La última probadita de su talento con remates con la pecosa parada, la dio este miércoles por la tarde al anotarle un pepinazo a Limón, en el estadio Rafael Bolaños, en el triunfo verdolaga 2-0. Jorge remató de zurda y cuchareó la bola para dejar a Dexter Lewis congelado.
Ese tanto fue tan bueno, que él lo pone en el lugar número uno entre los cuatro goles que ha marcado en primera división. El segundo fue otro que consiguió contra Saprissa.
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“Fue un buen gol (contra Limón), creo que tenía mucha fe desde que agarré la pelota, sabía cómo la iba a poner”, respondió el joven de 22 años.
Gutiérrez llegó a la casa a ver la repetición de su tanto, al observarlo dice que sintió mucha alegría porque las cosas se le están dando, de hecho, piensa en su familia, en los más cercanos, ya que son testigos de lo que le ha costado ser futbolista.
Este vecino de San Antonio de Coronado viaja todos los días en bus hasta Alajuela, agarra el chunche a las 4:30 de la mañana para estar a las 7 a. m., en la Ciudad de los Mangos. Viaja solo y a la vuelta puede tardar hasta dos horas y quince minutos para llegar a la casa.
Cuenta que el gusto por el fútbol lo heredó de su papá, Jorge Gutiérrez, encargado de llevarlo a los estadios desde niño.
"Nunca fui alguien que jugó con carritos, siempre fue fútbol y más fútbol. Mi papá me llevaba al estadio, después yo llegaba a la casa y seguía viendo partidos. Siempre me visualice así, nunca estuve en equipos élites, casi siempre estuve en escuelas de fútbol.
“Estuve en el u-15 de Orión, ahí debuté en el 2012, a los 15 años, con Juan Luis Hernández como entrenador. El equipo descendió y desde hace cinco años estoy con Carmelita, he jugado tres torneos con ellos”, comentó el menor de cuatro hijos.
Sobre su especialidad en los tiros libres, misma vía con la que le anotó a Saprissa el 16 de setiembre pasado, Jorge cuenta que no los practica mucho, su talento en esas jugadas la trae por naturaleza y simplemente intenta sacarle provecho.
El día antes de los juegos practica dos o tres tiros libres, eso sí, es tan ejecutando esas jugadas que que el técnico Luis José Herra lo tiene como primera opción número para cobrar las faltas.
“El secreto para anotar de tiro libre es tener confianza desde que se agarra el balón, visualizar dónde la va a poner y pegarle con mucha fe. Me fijo más que todo en la barrera y dónde está parado el portero, con eso me guío y depende de dónde esté ubicado, ahí defino para dónde tiro”, explicó el colochudo.
Este pulseador futbolista es el único que se dedica a este deporte en su familia, la cual está conformada por su papá del mismo nombre y que es pintor.
Su mamá, Jackelinne Solano, es ama de casa y sus hermanos se llaman Alonso, de 33 años; Allan de 28; y Andrea de 25. De hecho, la familia siempre va en pelota al estadio a echarle porras, el viaje incluye a tíos, primos y a su novia, Karina, con la que jala desde hace siete años.
“Por ahí estoy bien respaldado”, asegura el estudiante de inglés en un instituto en Coronado.
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Precisamente el estudio es una materia pendiente para Gutiérrez , su deseo es especializarse en artes culinarias y a futuro tener su propio negocio.
“Me gusta cocinar, me empezó a gustar hace como dos años. Cocino de todo, la especialidad es la pasta con salsa de tomate natural y pollito”, comentó, mientras nos hacía la boca agua.
Gutiérrez podrá demostrar su buena puntería este sábado en la noche cuando visiten al Herediano, a las 7 p. m., un choque donde sabe que los rojiamarillos llegan urgidos porque solo suman un punto de nueve disputados, mientras que los de la barriada alajuelense están motivados por el triunfo ante Limón.
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Su meta es seguir dando lo mejor y cuando se presente el chance jugar fuera del país, su gran sueño es militar en el fútbol de España, pero reconoce que debe ir poco a poco.
De momento, Jorge va muy bien encaminado en su objetivo.
