Óscar Gómez es todo un enamorado de los autos y junto con su familia han conseguido varios modelos de colección. Hace cuatro años se enamoraron de un auto potente y que les ha permitido andar felices de la vida en más de un barreal.
Este señor, vecino de El Alto de Guadalupe, adquirió un Ford Bronco XLT del año 1995, que tiene un motor de 5.800 centímetros cúbicos, y que llegó a sus vidas gracias a un amigo que lo tenía en venta. Desde la primera vez que lo vieron quedaron flechados de esta joya de la carrocería norteamericana.
“Nos gustó desde el primer momento, porque es un vehículo de doble tracción, con un motor bastante potente y eso nos permite andar por todo lado con él.
“Es un carro robusto para andar en caminos malos, barreales; tiene un desempeño satisfactorio y lo que más nos gusta es eso, que tiene mucha agilidad para andar en el barro. A veces lo hemos llevado a lugares que no conocemos y nos sorprende, es muy ágil para conducir”, expreśo feliz don Óscar.
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Desde que lo consiguieron, en la familia le han hecho algunos cariñitos para mantenerlo puras tejas, conservando sus elementos originales y en diciembre del año pasado pasó por pintura, porque cuando lo compraron estaba un poquito desteñido.
“Le cambiamos el sistema de frenos, la tapicería tiene algunos pecaditos, pero la verdad, quisimos dejarlo así, porque por dentro es un carro muy lindo. En él pueden viajar cinco personas, es automático, y su parrilla y el bumper son 100 por ciento originales.
“El carro se mueve bastante bien; en realidad, tiene mucha potencia para andar en cuestas muy fuertes, en carretera abierta tiene muy buen desempleo, no es de alto consumo, se comporta bien, lo usamos más que todo para ir de paseo, porque así es como vimos que funciona bien”, destacó.
Salvatandas
Gómez contó que al Ford le dicen el Broncosaurio o Broncolito y quién más le saca más el jugo es su hijo Luis Roberto.
“Recuerdo que la primera vez que lo usamos lo llevamos a un camino lleno de barro, era un lugar complicado y nos la jugamos lo más bien y, de hecho, con él pudimos sacar otro carro que se quedó varado. Es un salvatandas, a la gente le gusta mucho verlo.
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“Unas semanas después de que lo compramos apareció una persona diciéndome que me daba el doble de lo que me había costado, pero no lo tenemos en venta, es un vehículo que nos facilita la vida y nos encanta salir con él. Lo usamos cada dos o tres semanas y, la verdad, es que nos encanta usarlo, es un carro de calidad y yo espero seguir usando al Broncolito por más tiempo”, dijo entre risas este apasionado de los autos.