El Barcelona venció por un contundente 2-5 al Real Madrid para levantar la Supercopa de España, que se disputó en Yeda (Arabia Saudí) y así, el cuadro azulgrana consiguió su 15° Supercopa, con una exhibición ante su eterno rival, que sale muy tocado de esta final.
Kylian Mbappé abrió la cuenta para los blancos muy temprano, al minuto 5, pero luego de eso se vendría la vapuleada del Barcelona, gracias a los tantos de Lamine Yamal, Raphinha, Lewandowski y Alejandro Balde. En la segunda parte, una expulsión del arquero polaco, Wojciech Szczesny, obligó a los catalanes a bajar el pie del acelerador cuando ya iba 1-5, gracias a otro gol de Raphinha.
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Pero el Real Madrid, que pierde el segundo clásico del curso (con 9 goles en contra) nunca apretó al rival, debido a un planteamiento totalmente inofensivo. El triunfo da alas a un Barça que venía con más dudas, mientras el Madrid se despide del deseado septete y regresa a España con pena e incertidumbre.
Golpe tras golpe
En la primera oportunidad para hacer daño, el conjunto madridista, tras una pérdida de Marc Casadó, se benefició de un letal Mbappé, quien salió hacia la portería rival sin oposición y no erró el mano a mano ante Wojciech Szczesny para hacer el 1-0.
El tanto rebajó las pulsaciones del partido, salvó un disparo cruzado de Raphinha y un acercamiento de Bellingham. En una jugada con un arranque fulgurante, Mbappé sufrió una torcedura de tobillo y un pisotón de Jules Koundé que, solo pasados 15 minutos, exigió un vendaje especial.
Y esa no fue la peor noticia para los merengues, porque con 20 minutos de juego, Lamine Yamal se inventó, tras una extraordinaria asistencia de Robert Lewandowski, una obra de arte dejando a Antonio Rüdiger y Aurélien Tchouameni atrás y batiendo en el mano a mano, sin nervios y cruzado, al imponente Courtois para empatar el juego.
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El ritmo del clásico era vertiginoso. Hasta que una imprudencia de Eduardo Camavinga, con un plantillazo innecesario sobre el muslo de Gavi dentro del área, sin balón de por medio, fue castigado con penal, tras revisarlo en el VAR. Lewandowski no falló y completó la remontada momentánea del Barça en la primera parte.
El 1-2 dio impulso a los azulgranas, que aprovecharon el descontrol en la zaga merengue para marcar su tercer gol seguido con un remate de cabeza de Raphinha a centro lateral de Koundé. Dos errores condenaban tras su buen inicio al Real Madrid, muy penalizado antes del descanso.
El 4-1 llegó, nuevamente, por obra de Balde, luego de que el brasileño Raphinha regateó a Valverde y sirvió el 1-4 al lateral para terminar de reducir casi al cero las opciones madridistas de alzar el título.
Sin reacciones
El técnico de los blancos, Carlo Ancelotti, movió sus fichas y tras el descanso, dio entrada a Dani Ceballos. Su equipo mejoró con balón y los merengues se agarraron a la expulsión de Szczesny, que barrió a Mbappé cuando este lo intentaba recortar en una contra, y en la falta al borde del área, Rodrygo abrió un hilo de esperanza madridista con el 2-5 y más de 40 minutos por delante.
Con un hombre más, el Real Madrid dominaba el balón ante un Barça mucho más replegado y preocupado por gestionar su ventaja en el marcador.
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Y los de Hansi Flick lo hicieron bien en bloque bajo, sin sufrir demasiado ante un rival sin claridad de ideas y ya sin Vinícius en el campo. El Barça tiró de jugones para esconder el balón y dejar pasar el tiempo y hacer crecer la ansiedad blanca.
Sin dar sensación de agobio, el Real Madrid se refugió en los destellos de Mbappé que sus compañeros no supieron culminar o que Iñaki Peña supo neutralizar.