Hoy se cumple el octavo día sin fútbol desde que la Unafut y los clubes decidieron suspender el campeonato por el coronavirus.
Hacen faltan las jugadas polémicas, los gritos de gol, las madreadas y hasta esa sensación de tristeza al ver al equipo perder.
Sin fútbol la vida es diferente, pero ¡qué salvada nos está pegando TD Más transmitiendo partidos del pasado!
El martes me eché casi todas las mejengas de la Sele en Brasil 2014 y me acordé de los… que pusieron aquellos jugadores que nos hicieron gritar y festejar de alegría.
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Viendo a la Sele contra Uruguay, no oculté mi enojo con Junior Díaz después de haberle hecho una falta de penal a Diego Lugano, que finalmente cobró Cavani ¡Qué agüevada más grande! Otra vez vamos a hacer un rídículo, dije.
Lo que muchos no pensábamos es que esa Sele se iba a levantar y no solo a empatar el partido, sino a ganarlo.
Juré que solo iba a ver esa mejenga, pero no, me emocioné y me tiré la de Italia. En gol de Bryan Ruiz se me fue el enojo que tenía contra Junior después de hacer tan magistral centro.
El partido más feo que le vi a esa Sele fue contra Inglaterra, pero me alegré de ver a Joel Campbell montando baile, el hombre se emocionó, lo patearon, lo agarraron y aún así no se arrugó y metió más de aquellos.
Aunque no me lo crean, me eché la de Grecia y en eso me acordé de aquella célebre frase de Celso Borges “¡Qué parida!” porque casi nos eliminan, pero por dicha no fue así.
Luego del empate en los 120 minutos de juego, Michael Umaña nos sacó las lágrimas en ese último penal que nos dio el pase a los cuartos de final contra la poderosa Holanda.
Si les digo que vi el partido contra la Naranja Mecánica les miento, ya estaba cansado, pero recordé lo lindo que es el fútbol y lo mucho que a mí y a otras personas les hace falta.
Lo mejor que podemos hacer es cuidarnos y no salir de casa para regresar a la normalidad lo antes posible y así poder volver a disfrutar del hermoso deporte rey.