El dulce sabor de boca que le quedó a María Paula Salas por haber anotado los tres goles con que Alajuelense le ganó a Saprissa en la final nacional del futbol femenino, tiene un destino muy querido, San Ramón, donde residen los seres que más ama.
La futbolista le contó a La Teja porque estaba tan emocionada cuando habló de su abuelito y de sus papás luego de la final. Resulta que la moncheña es muy familiar y expresó el amor que siente por todos, pero hay uno especial.
“Mi abuelito (paterno) Francisco es lo que más amo en la vida. No lo puedo explicar, es un amor muy grande. Me ayudaba a ir a entrenar, me esperaba para comprarme una empanada con un hidratante. Me llevaba en bus de San Ramón al Proyecto Gol, él siendo un adulto mayor, para devolvernos a las 9 o 10 de la noche, cruzando calles conmigo”, expresó la jugadora, quien se oía emocionada al otro lado del teléfono.
-¿Tiene alguna anécdota con él?
Podría contar muchas. Cuando me operaron bajé como seis kilos y me compraba vitaminas porque decía que me veía muy flaquita. A mi abuelita también la quiero. Uno desearía que los abuelos fueran eternos, son de las personas a las que más he amado. Cuando estaba en la escuela llegaba mi abuelito a recogerme y estaba jugando bola y yo le decía, “déjeme un ratico más” y me dejaba, claro, después llegaba mi mamá, pero él se comía la bronca. Lo amo demasiado. Es un sentimiento inexplicable.
- ¿También habló de sus papás?
También los amo. Ellos (Warner Salas y Guadalupe Zúñiga) han estado en todo momento y me han apoyado siempre, desde que soy pequeña me inculcaron valores y principios. El fútbol siempre me gustó y jugaba con hombres y me apoyaron. Se me quedan cortas las palabras para ellos. Me siento muy orgullosa de tener esos papás. Soy muy apegada a ellos, también a mi padrino, Minor Salas, y a mis hermanos. Son de esas personas que si llamo porque necesito algo mueven el mundo para conseguirlo. Los amo a todos y se los digo ahora que están vivos.
- ¿Ya los pudo abrazar?
Hace poco vivo sola en Alajuela, hoy domingo ha sido un día largo y cansado. Llamé a mis papás luego del partido y a mis abuelitos también. Ellos desean que esté allá, pero voy a ir seguro el lunes.
- No siempre se meten tres goles en una final. ¿Cuánto significó para usted?
Fue una gran alegría, inexplicable, el partido pasado tuve una de cabeza y he sido siempre muy exigente y no sé cómo pude botar esa ocasión. Esa noche me costó dormir, ‘¿cómo boté eso?’. Veía la repetición y wow, increíble. Pero en este partido iba con todo, la que me quedara tenía la mentalidad de que iba para dentro y las tres entraron.
“Prefiero dedicarles un gol a todos ellos (la familia) ahora que están con vida. Hay que disfrutarlos”.
— María Paula Salas, delantera de la Liga
-¿Y esta vez sí pudo dormir?
Fue complicado, pero esta vez por la alegría, de la emoción. Tuvimos una actividad bonita, llegué como a la 1 de la madrugada, pero me costó dormir. Me había bañado y me llegué a bañar otra vez y me tomé un té, a ver si descansaba. Me tranquilicé. Me levanto normalmente a las 5:30 de la mañana para entrenar, pero este domingo me levanté a las 9:30 de la mañana. Desayuné tarde, por eso digo que es un día largo.
- ¿Se llevó la bola?
Sí, aquí la tengo conmigo. Ya había metido tres goles en un partido, pero es la primera vez que me llevo la bola.
- ¿Fue un año difícil por la lesión?
Tuve una lesión de tres meses, pero tengo más de tres años de tenerla. El hombro se me luxaba durmiendo, pero yo misma posponía la cirugía. No quería perderme los partidos. Pero ya me afectaba en mi vida cotidiana, no podía hacer cosas que cualquier persona hacía, como jalar un pichel. Tenía que usar un colchón duro porque la inclinación de la cama me lo desmontaba.
-¿Y así jugaba?
Evitaba chocar, yo no cubría la bola, se la daba a una compañera y le decía “me voy para el área”.
- ¿Cuánto pesó la afición en este título?
Sinceramente he estado en otros equipos (Saprissa) y nunca he sentido nada así. No sé cómo explicar, a ellos no les importa el resultado, ni el género, aman la Liga. Esos colores rojinegros los llevan bien puestos. Es impresionante verlos, mandan mensajes positivos y no ahora por ser la final, siempre. Son muy envenenados, pero para bien, a lo liguista, no hacia lo feo. Ayer fue impresionante lo que hicieron y estoy segura que si el estadio hubiera estado abierto lo hubieran llenado y hasta queda gente afuera.