El Municipal Liberia ha sido uno de los equipos que más ha destacado en el campeonato nacional y una de sus claves ha sido por su delantero colombiano Lorenzo Orellano porque nunca deja de pulsearla, pero lo que pocos saben es que este buen momento del atacante es el frutos de un complicado momento que vivió tiempo atrás.
Lorenzo conversó largo y tendido con La Teja y reveló el gran susto que se llevó a finales del año pasado, ahora lo cuenta como una anécdota más y convencido que la vida siempre da segundas oportunidades para crecer.
“Tuve un accidente de tránsito en el Zurquí, fue el 16 de noviembre del año pasado, me fui a un guindo de unos 100 metros de profundidad y no me pasó nada, salí sin un rasguño gracias a Dios.
“Siempre he creído en Dios, que me ha puesto ángeles protectores en mi vida y siempre le decía a Dios, ‘Dios si tú no permitiste que yo muriera o no me quitaste la vida en ese momento es porque tenés un propósito conmigo’ y hoy en día estoy viendo su propósito y se está cumpliendo”, relató.
El accidente sucedió pasadas las 2 a.m., en ese momento él jugaba con Liberia y se dirigía a Limón a visitar a su familia, debido que duraba alrededor de cinco horas y para aprovechar el poco tránsito que hay a esa hora, manejó durante la madrugada.
Viajaba con un amigo, en una curva perdió el control y se fue al guindo, afortunadamente fue solo un susto y hasta recibió la felicitación de los cuerpos de socorro.
“Ahí se han ido más carros, incluso a los cinco días de haberme ido, se fue una pareja y fallecieron. Decían los rescatistas y los que manejaban la grúa que pocas personas salen con vida de ahí, por eso fui muy afortunado y bendecido”, recalcó.
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Nada de caras
Lorenzo tiene 25 años, nació en Cartagena de Indias, en el Caribe colombiano, en el 2019 tuvo su primera experiencia en Costa Rica al jugar con Limón FC, tras una aventura por varios equipos en Europa volvió a Tiquicia para estar con Turrialba en el 2022 y unos meses después pasó a Liberia cuando estaba en la segunda división.
Uno de los aspectos que las personas les llama la atención cuando lo ven es que no tiene el brazo izquierdo, esto porque nació sin él y comentó que eso no ha sido excusa para llevar una vida normal, hasta se hace bromas a sí mismo y las personas que no lo conocen se sorprenden.
“Nunca lo he visto cómo algo malo, tanto yo como mi familia le hemos visto el lado bueno a esto, en el equipo nunca me han discriminado por eso y siempre me tratan como uno más.
“Me ha pasado que a veces cuando voy al gimnasio con los compañeros del equipo nos reímos de pronto porque hay ejercicios que se tienen que hacer con las dos manos y yo la hago con solo una, alguno tira un chiste y la gente se queda sorprendida y yo me río y ya después cuando me ven riendo, se echan a reír”, contó en medio de risas.
Apoyo total a la distancia
En datos compartidos por la Unafut, Lorenzo actualmente ha jugado 283 minutos en seis partidos, tres de ellos como titular y el resto ingresando desde la banca, aún no ha tenido el chance de anotar, pero confía en Dios para que en esta temporada lo logre.
“Siempre me ha agradado estar aquí, siempre venía de vacaciones, la gente de aquí es muy linda, muy querida y viera que cuando él me lo dijo junto con mis hermanos, me sonó la idea como que sí vamos a quedarnos a ver qué pasa, quizás lo que Dios quiera.
“Viera que no, porque siempre me ha agradado estar aquí, siempre venía de vacaciones, la gente de aquí es muy linda, muy querida y viera que cuando él me lo dijo junto con mis hermanos, me sonó la idea de quedarnos a ver qué pasa, quizás lo que Dios quiera.
“Ya había intentado quedarme aquí cuando estuve con Limón FC, pero me salió la oportunidad de irme para Portugal, no lo dudé y me fui, entonces creo que fue muy fácil que me convenciera a que me quedara más por el país que es muy agradable por su gente”, finalizó.
Sus papás viven en Colombia, ahora con la tecnología se les facilita el seguimiento de sus partidos, no se pierden ninguno cada fin de semana y los ven en línea, no importa si juega o no, siempre lo apoyan.