En apenas un mes, el mexicano Daniel Arreola ya sabe lo que es alzar un título con los manudos y, según la consideración de muchos, los rojinegros son los supercampeones del fútbol nacional.

Desde que el azteca era un carajillo, en su natal Cancún, soñaba con los Supercampeones y no nos referimos a sus actuales compañeros de equipo, sino al famoso animé japonés sobre fútbol.

Antes de llegar a ser jugador profesional, Arreola veía las aventuras de Oliver, Benji y Tom en el Niupi y anhelaba ser como ellos: una gran estrella del fútbol.

Su esfuerzo y trabajo le permitieron cumplir su meta y pese a que ahora tiene 35 años, no se siente viejo para seguir viendo la caricatura, la cual disfruta con sus hijos.

Es tanta la fiebre que tuvo Daniel con la serie que hace un tiempito se hizo, en el muslo derecho, un tatuaje con la cara de los protagonistas de la serie de aquellos interminables partidos.

“Es una caricatura que marcó mi infancia, creo que a mí y a muchos nos hizo sentir identificados con eso y todo lo que salía, recuerdo que antes de dormir era lo último que veía en la tele.

“Me los sabía de memoria todos los capítulos, al final uno empieza desde chiquito con el deseo de ser jugador y bueno, al día de hoy, después de tantos años y tantos sacrificios, uno lo consiguió”, dijo Daniel a La Teja.

El defensor confiesa que durante un tiempo, dejó de ver la serie por todas las obligaciones que tenía, sin embargo, cuando se dio cuenta de que sus hijos la veían, se les unió y la retomó.

“Vieras que sí fue muy chistoso porque mis hijos solitos empezaron a ver la misma caricatura, sin que yo les dijera nada o les haya hablado, es increíble para mí, ahí volví a verla y fue ahí cuando dije, ‘no puede ser, estamos conectados, me tengo que tatuar eso’”, comentó.

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Al tatuaje aún le falta brete, porque su idea es hacerse todo el muslo con más personajes de la icónica serie que se estrenó en Japón en 1981 y se llamó Captain Tsubasa, pero que en Hispanoamérica bautizaron como Supercampeones.

“Tengo a Oliver, a Benji y a Steve, esos como los estelares, pero es que aún no termino el tatuaje, faltan los hermanos Korioto, Richard Tex Tex, Tom... intentaremos darle vuelta a la pierna.

“Los que han visto esa caricatura saben de lo que hablo, es algo con lo que uno se identifica, hasta aprendió de su carácter y te querías ver un día como ellos”, nos contó.

Arreola recordó uno de los detalles más representativos de la serie y es que un partido podía durar hasta tres días.

“La caricatura era larguísima, claro. Una pelota atravesando el campo podía durar una semana, con lo que pensaban todos los protagonistas”.

En la sangre

Además de los dibujos animados, otro que inspiró muchísimo a Daniel a ser futbolista, fue su hermano Gustavo.

“A mí me cuentan mis padres que desde la cuna tenía la pelota al lado, siempre la buscaba, pero cuando me inclino realmente por el fútbol, porque me pude haber dedicado a otro deporte, fue por mi hermano, que también jugó, quizás no en primera división, pero sí en divisiones antes.

“Él me llevaba a los entrenamientos, a los partidos, me lleva nueve años y fue quien me jalaba siempre, me empecé a enrolar en el juego, en este deporte tan bonito, ahí fue cuando me decidí”.

De esta manera, entre Oliver, Benji, los Supercampeones y su hermano Gustavo, Alajuelense goza hoy de un defensor que le sirvió, sin duda, desde las primeras de tanteo.