La visita de Costa Rica a Dallas marcó el renacer de una ilusión para muchos en la Selección de Costa Rica luego de derrotar 3-1 a Honduras en Frisco, Texas y clasificar con autoridad a la Copa América 2024, donde La Teja estuvo presente.
Antes de dejar Dallas, ciudad que marca el resurgir de la Tricolor, visitamos un punto icónico en esta zona que representa todo lo contrario, pues en 1963 fue asesinado en sus calles el presidente John F Kennedy.
Uno de los presidentes más queridos en la historia de los Estados Unidos llegó el 22 de noviembre de 1963, el plan era reunirse con el gobernador John Connally y además tener un desfile adonde la gente podría saludarlo.
Cuando la limusina abierta del presidente iba por la avenida Houston y por la calle Elm, la paz se rompió a las 12:30 pm cuando tres balazos vinieron desde un edificio gubernamental que se encontraba al frente e impactaron al presidente de manera mortal.
Dos de los balazos le pegaron, uno en la cabeza y otro en el pecho, el siguiente dio en la acera.
Aquello fue todo un impacto, se llevaron a Kennedy de manera inmediata al hospital adonde falleció minutos después impactando no solo a los Estados Unidos sino al mundo entero, uno de esos hechos que marcó un antes y después en este país.
Nunca más se volvió a exponer a un presidente en una limosina abierta, además desde entonces se han desatado diversas conspirativas de lo que realmente sucedió, lo oficial aún sigue siendo que Lee Harvey Oswald fue el único asesino.
Hoy el lugar se mantiene prácticamente igual que en aquel momento, la Plaza Dealey, parque que está al frente de la calle no ha cambiado, salvo un monumento que se inauguró en 1993 en conmemoración del asesinato y diversas placas alrededor que explican los hechos.
En la calle Elm hay pintadas tres equis, dos de ellas casi una sobre la otra, donde JFK recibió los primeros dos disparos y una unos metros más abajo donde pegó el tercero un recordatorio de aquello.
La cantidad de turistas que siguen llegando al lugar es mucha, hay tours y guías que conocen la historia de memoria y que la cuentan varias veces al día.
Tomarse una foto en las equis es uno de los grandes atractivos, aunque también tiene cierto riesgo pues sigue siendo una calle muy transitada, hay que esperar a que el semáforo lo permita y hacerlo en una carrera.
Entre los visitantes hasta nos topamos a un grupo ticos que fueron para ver al partido contra los catrachos y se sorprendieron que el lugar siga igual.
“Es muy impactante, es algo que sorprende, uno lo ha visto en muchas películas y verlo en el lugar uno lo ve igual, me llama mucho la atención”, nos dijo don Gerardo, un vecino de San José que vino por la mejenga.
El edificio del frente de donde vinieron los disparos no ha cambiado casi nada tampoco.
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Allí hoy es un museo, desde la última ventana del cuarto piso se ve la vista que tuvo Oswald para hacer los disparos e incluso en el lugar hay una foto del exembajador de Costa Rica en Estados Unidos, Raymond Téllez junto a Kennedy y Connallly.
El cinco de junio de 1963 se reunieron en Dallas planeando la visita de noviembre, la cual cambió el curso de la historia de todo, por lo que hasta un tico terminó metido en uno de las páginas más duras para los griegos.
Al lugar además se le siente una aura diferente, en la que las enseñanzas y el espíritu de Kennedy vive más allá de todo. Lo dicen unas pancartas que guindan en lámparas alrededor del parque.
“Un hombre puede morir, las naciones pueden caerse y levantarse pero las ideas siempre viven”, dice una de las frases que recuerdan el modo de pensar de Kennedy.
El monumento es una dedicatoria a esas enseñanzas, está escrito en una placa las palabras de uno de sus últimos discursos en los que indicaban el poder y liderazgo debían estar acompañados de mucho compromiso y responsabilidad por el bien común.
Dallas tendrá esa marca de por vida, ser el lugar a donde uno de unos presidentes más amados llegó a su trágico final, pero en lugar de verlo como una vergüenza, dedicaron la ciudad a la memoria de una figura que para ellos es lo más cercano a un héroe de la patria.