¿La Copa Centroamericana es un torneo de fútbol con, mucho poco o nulo prestigio internacional? La respuesta se la doy dependiendo desde la gradería del estadio en el que esté sentando, del lado de los perdedores, o en grada de cemento, con los aficionados campeones.
Quizás tengan razón los detractores que basurean al club campeón de la Copa Centroamericana pero de esos envidiosos comentarios no se salva ninguno que haya sido campeón, todos lo han hecho en algún momento depende del momento en el que se encuentren.
Cuanta razón tenía el escritor uruguayo Eduardo Galeano al decir " el fútbol es el reflejo del mundo”, y definitivamente esta copa es una radiografía, sociocultural de este pedacito de tierra del continente americano, donde abunda el banano y nos comportamos poco solidarios con nuestro propio torneo de fútbol, en lugar de rajar con él, mientras lo estamos jugando, al mismo tiempo, lo miramos por debajo del hombro, como aquel invitado a una boda, que lo atienden, baila, come, se emborracha y al final sale criticando la fiesta.
A veces le doy la razón, a la fea expresión utilizada por algunos gringos políticos, al decirnos “república bananera”, que se utiliza para describir un país que es considerado políticamente inestable, empobrecido, atrasado y corrupto, características lamentables de los países centroamericanos.
Todo esto vale un carajo, alajuelense por ser campeón de la copa, se llevar unos nada despreciables 106 millones de colones, y durante el campeonato podría haber ganado unos 318 millones de colones, con todo y premio, de ahí habría que reducir los gastos operativos normales de la logística de la organización, pero de que es buena harina, lo es, que sin duda, cualquiera desearía llevársela.