La generación de Luka Modric e Ivan Rakitic ya igualó a la de Davor Suker y Robert Prosinecki en la historia del fútbol croata al clasificar a las semifinales del Mundial 2018 y su intención es llegar a una final de la Copa del Mundo por primera vez.
Hace dos décadas, el equipo que entonces dirigía Miroslav Blazevic, que acabó el torneo en tercer lugar, cayó en semifinales ante la anfitriona Francia (2-1), después de haber logrado un impresionante 3-0 sobre Alemania en cuartos de final.
Actualmente la selección que ahora entrena Zlatko Dalic logró el billete a semifinales de manera mucho más sufrida, en la tanda de penales (4-3 tras empate 2-2 en tiempo extra) ante Rusia.
Pese a esa diferencia, las comparaciones entre generaciones son inevitables.
“Tenemos un muy buen equipo”, declaró antes del torneo el exinternacional Alen Boksic. El que fuera atacante del Marsella campeón de Europa en 1993 se perdió el Mundial del 1998 por una lesión y dejó vía libre para que Suker fuera la estrella de un torneo en el que acabó como máximo anotador con 6 pepinos.
Boksic destaca que la Croacia actual tiene “un centro del campo fantástico, especialmente Luka Modric, el mejor jugador croata de la historia”.
Al contrario de lo que ocurría con la ‘Generación 1998’, Boksic estimaba en su valoración previa que la Croacia actual no tiene “un banquillo lo suficientemente largo o profundo en relación a otros grandes equipos”.
En efecto, el equipo de 2018 no se ha visto sometido a muchas rotaciones, pero sus líderes, con Luka Modric, Ivan Rakitic y Mario Mandzukic al frente, han respondido bien hasta ahora.
“No jugamos bien en la primera parte, no controlamos el partido como queríamos. Pero hemos demostrado carácter”, afirmó Modric.
Croacia se convirtió en el segundo equipo en pasar dos rondas seguidas en el Mundial mediante tandas de penales, después de Argentina en 1990 (Yugoslavia en cuartos y luego Italia en semifinales).
En lo anterior ha tenido protagonismo evidente el arquero del Mónaco Danijel Subasic, que ha evitado que Croacia se sumara a la lista de grandes equipos eliminados en Rusia 2018.
“Todos los equipos que juegan bien, como España, Portugal o Argentina, han vuelto a casa. Solo quedan los equipos disciplinados, maduros, responsables”, opina Dalic en declaraciones a la web croata TCN.
El Mundial no había empezado precisamente de manera disciplinada en el vestuario croata, donde el atacante Nikola Kalinic fue excluido por Dalic antes del partido ante Argentina (victoria 3-0). La versión oficial fue una lesión, pero la prensa daba por hecho que era porque el jugador no aceptaba estar en el banquillo.
En Francia 1998, Croacia también tenía grandes personalidades, con carácter fuerte, en su plantel como Slaven Bilic, Zvonimir Boban o Aliocha Asanovic, además de Robert Prosinecki o Davor Suker.
“Estamos juntos desde hace 40 días y el ambiente es fantástico, sin el menor incidente (salvo la exclusión de Kalinic). Si hay problemas, se motivan unos a otros”, asegura Dalic.
Puede que el seleccionador actual no tenga el carisma de Miroslav "Ciro" Blazevic, su lejano predecesor, que se había ganado a los periodistas luciendo una gorra de gendarme francés, en homenaje al policía Daniel Nivel, que había quedado en una situación crítica tras ser agredido por ‘hooligans’ alemanes en Lens.
Zlatko Dalic, por su parte, está en este Mundial con su rosario de Medjugorje, un lugar de peregrinación en Bosnia, donde cuenta la leyenda que la virgen María se apareció a seis personas croatas en 1981.