Al psicólogo mexicano, Cristian Rodríguez, le aparecieron 45 hijos en diez días que tiene de vivir en Costa Rica y no porque en el pasado anduviera haciendo loco en Tiquicia, sino porque será el director de desarrollo humano de la residencia manuda que se construyó en el CAR, en Turrúcares de Alajuela.
En dos platos, el azteca estará a cargo de los 45 cachorros que desde este miércoles viven ahí.
Dentro de sus labores tendrá que supervisar que los jóvenes sigan el programa establecido y que no se salgan del canasto y para eso dice que aplicará un estilo más paternal que militar.
Cristian ve a cada uno de los cachorros como si fueran de su sangre, porque a todos deberá darles atención, guía, apoyo, consejos o, incluso, jalarles el mecate si es necesario.
La salvada es que Rodríguez tiene experiencia en el puesto, pues él estuvo a cargo de un proyecto similar en Pachuca, del cual salió, por ejemplo, el mexicano Irving “Chucky” Lozano, delantero del Nápoles de la Serie A de Italia.
“Es muy importante señalar que esta no es una casa o un hotel, sino es un programa que se va a intervenir a través de gente especializada para esto, puede ser una casa nueva y lujosa, pero si no está acompañada por un programa de psicología del deporte y entrenamiento deportivo, no sirve de nada”, avisó el profesional.
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-¿Cómo será un día normal en la vida de los muchachos que vivan acá?
Ellos se levantan muy temprano, a las 5:30 a. m.; a las 5:45 a. m. tienden su cama, hacen las labores de orden normal de su habitación, ellos son los encargados de mantenerla en orden y se van a desayunar.
Luego se van a los entrenamientos y a las 10:30 a. m. entran a la escuela, eso es una cuestión muy puntual, las aulas de estudio están acá en el CAR y también estamos habilitando un aula para los estudiantes que reciben clases virtuales. Luego almuerzan y siguen estudios a las 2 p. m.
Terminadas las clases entran al programa de actividades recreativas: artes, música, cenan y luego a las 9 p. m. ya están todos acostados. Esto en un centro de formación para un desarrollo integral.
-¿Usted tiene el rol como del director o del papá en la casa?
Completamente, si bien en este inicio, que está creciendo el área de desarrollo humano, soy yo el que hace todo eso, soy quien lo conoce, lo diseño y lo acompaño y eso no se limita a cuando un jugador o yo nos vayamos del club, es acompañarlo paternalmente el resto de la vida, así lo he hecho.
Muchos chicos que vienen de infantiles a juveniles a probar una carrera deportiva son chicos muy vulnerables, es una población muy en riesgo a la cual hay que fortalecer a través de valores, academias y sobre todo de límites. Me gusta el término paternal porque en realidad hay que cuidarlos como hijos.
Hoy estos muchachos son los hijos de la Liga, no es una cosa menor y hay que cuidarlos como tales, por eso digo que son hijos y tiene su parte compleja, que son muchos (los jóvenes) y además son atletas con todo lo que eso significa. Tengo una vida completamente diseñada para esto, no tengo hijos de sangre, porque los que son mis hijos son ellos, en el club que me acompañe ejerzo esa paternidad que se requiere.
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-¿Cuál es su función en la parte sicológica?
Acompañar y guiar. Tenemos la esfera del entrenamiento psicológico, que se hace a través de todas las variables deportivas en el club, se van incorporando ambas partes y crecen juntas una con la otra. Como todo atleta, desde que es juvenil, crece rápidamente, se vuelve autónomo y así se responsabiliza de sí mismo, tanto en la cancha como en la vida. Es cuidar chicos en todo lo que implica, cualquiera que tenga un chico en casa entenderá todo lo que eso requiere un menor.
-¿De dónde viene su experiencia en este tipo de modelos?
He dedicado mi vida entera profesional, más de 20 años, ha dirigir este tipo de proyectos, es una gran responsabilidad, pero he diseñado programas de desarrollo humano en otras partes del mundo iguales, para jóvenes, hombres y mujeres que se dedican principalmente al fútbol.
Además de ser honrado con estar trabajando en la selección de mi país (México), en diversos clubes que también tienen proyectos similares como en Pachuca, en México, y en Argentina estuve en Talleres de Córdoba, Huracán y Newell’s Old Boys. Vamos a volcar toda esa experiencia y capacitación.
Más allá que acompañar deportistas que puedan llegar a ser o no profesionales, el compromiso es sacar a hombres y mujeres de bien para su vida.