Creichel Pérez ingresó al minuto 65 al clásico, y su presencia fue vital para que Alajuelense lograra empatar ante Saprissa, a un gol.
En la primera bola que tocó, Pérez encaró por la banda derecha, se llevó dos marcas y puso un pase preciso a Anderson Canhoto, quien remató de seguido y rompió el cerco defensivo morado, al 66.
Criechel confesó cuál fue la instrucción que le dio el entrenador Alexandre Guimaraes para generar ese desequilibrio.
“Me dijo que fuera vertical, que iba de lateral extremo, que encarara y Canhoto me dijo lo mismo”.
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Agregó que tuvo que salir de una zona de confort en la que se encontraba para poder dar el salto a Alajuelense y que su paso por Pérez Zeledón también le ayudó mucho.
“A veces uno llega a una zona de confort, mi sueño siempre fue estar acá y cuando estuve siento que no lo aproveché. Hoy se me da la oportunidad de volver y trato cada minuto de disfrutar al máximo”, añadió.
Sin duda, Pérez fue el hombre del partido, quien le dio otra perspectiva al ataque rojinegro y estaba superfeliz en la zona mixta, donde agradeció a quienes él considera que le han ayudado mucho en su carrera.
“Don Edgar Artavia de Carmelita, y su hijo Freddy influyeron mucho, y la Academia Wílmer López, tengo muchas cosas que agradecer y a muchas personas”, manifestó.
También se refirió a su dura vida, pues ha tenido que luchar siempre y del tiempo en que su madre estuvo en la cárcel.
“Dios escoge a sus mejores guerreros para las batallas, no me tocó una vida fácil, espero que les sirva a muchos chiquitos que no la tienen fácil, para que no den nada por perdido, nunca la tuve fácil, pero no sé qué me depara el futuro”, expresó.