Marianne Ugalde, defensora de Saprissa, pensó que por ser deportista no sufriría mucho si le daba covid-19.
Sin embargo, ella se contagió a inicios de mayo y el virus le desencadenó una neumonía y un problema cardiaco.
La jugadora, de 31 años, la vio tan fea con el coronavirus que hasta hace dos semanas fue dada de alta y poco a poco va retomando su vida.
Marianne comenzó a presentar síntomas el 4 de mayo. Tuvo dolor de cuerpo, fiebre, un fuerte cansancio y pérdida del gusto y del olfato.
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“Al equipo le realizaron una prueba masiva el 28 de abril y en esa prueba salí negativa, vivo con una de mis compañeras de equipo, ella dio positivo y me pidieron que me aislara, pero es difícil, porque no me podía ir a la casa de mis papás por miedo a contagiarlos.
“Me quedé con ella reduciendo el contacto al máximo y a los días comencé a presentar los síntomas. Ya tenía orden sanitaria y me confirmaron por nexo”, comentó.
Ugalde celebró su cumpleaños el 10 de mayo, recién curada del virus, pero a los dos días tuvo que ir al hospital porque se comenzó a sentir mal nuevamente.
Duro recorrido
Ugalde contó que hubo tres días en los que se sintió muy mal, pero luego pasaron cuatro o cinco días en los que estuvo muy bien. Después comenzó a tener fiebre y no se podía ni mover.
“Trabajo en Amazon y ahí nos tienen un seguro para asistir a un hospital privado, fui a emergencias del Hospital Metropolitano.
“Luego de los chequeos me dijeron que tenía una neumonía bacteriana, que se produjo porque mi sistema inmune estaba débil y de inmediato le comuniqué al cuerpo médico del equipo y se pusieron en contacto con el neumólogo que me atendió y tomé una gran cantidad de medicamentos”, aseguró.
Una vez superado el virus, a todas las jugadoras contagiados le hicieron una serie de exámenes para darle seguimiento a su condición de salud.
Marianne se sometió a pruebas de sangre, a un electrocardiograma y a un ultrasonido y ahí se detectó un problema en el pericardio, causado por el covid-19.
“Tenía pericarditis, que es que la membrana que envuelve al corazón (el pericardio) se llenó de líquido, debido a que el virus provoca una inflamación general en todo el cuerpo, afectando no solo los pulmones y esa inflamación, a la hora de estirar la membrana, causa que se produzca un líquido, como cuando uno se inflama la rodilla, que se llena de líquido.
“Fue muy impactante, porque una que es deportista piensa que todo está bien y tuve que estar un mes en reposo, caminar a baja intensidad y fue chocante, porque estamos acostumbradas a que el cuerpo es una máquina desarrollada para entrenar”, dijo la administradora aduanera.
La jugadora tomó antiinflamatorios y hace dos semanas recibió el alta médica.
“Mi jefa me pidió que me incapacitara, pero yo le pedí que me dejara trabajar porque sino me volvería loca. Trabajo de lunes a viernes y después de ahí trataba de ver películas, series, estar con mis perros Zizou y Lisboa y buscar hacer cosas diferentes.
“El lunes me volví a integrar al equipo, me siento bien, en estos primeros entrenamientos la he pasado bien y espero que conforme pasen los días me sienta mejor para soportar la exigencia física de los partidos“, manifestó.