El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, insistió este miércoles en que es “demasiado pronto” para despejar las dudas sobre la forma de organizar los Juegos de Tokio, lo que dependerá principalmente de los progresos en la detección del covid-19 y de sus eventuales vacunas.
“No sabemos a qué se parecerá el mundo mañana. ¿Cómo espera usted que sepamos a qué se parecerá el mundo en 316 días?”, resumió el presidente del COI, preguntado sobre la salida de la comisión ejecutiva de la organización.
Luego del histórico aplazamiento de los Juegos Olímpicos al verano de 2021 debido a la pandemia, los organizadores prometieron unos Juegos “simplificados”, con más de 200 medidas estudiadas, pero ninguna decisión concreta fue aún tomada, en la que una limitación del número de espectadores no se descarta.
“En las próximas semanas, ustedes verán debates importantes e intensivos sobre los diferentes escenarios” destinados a garantizar un medio seguro para todas las personas implicadas el próximo verano.
“No es algo fácil, pero por supuesto que la distancia social está siendo estudiada”, prometió el dirigente alemán del COI, mientras que los Juegos deben congregar 11.000 atletas procedentes de 206 países, acompañados de 5.000 entrenadores y directivos, 20.000 representantes de los medios, y 60.000 voluntarios.
“Es simplemente demasiado pronto para dar una respuesta concreta sobre el escenario final, demasiado pronto para fijar una fecha límite”, dijo Bach, quien insistió que el desarrollo de test rápidos y de posibles vacunas contra el covid-19 son dos parámetros cruciales.
Este lunes, el vicepresidente del COI, John Coates, prometió que los Juegos Olímpicos de Tokio tendrían lugar con o sin coronavirus, y que comenzarían el 23 de julio del próximo año, en una entrevista a la AFP, postura más atrevida respecto a la del presidente.
Las fronteras de Japón permanecen sin embargo cerradas, y muchos expertos dudan que la pandemia esté controlada de aquí al próximo verano, y muchos japoneses desean un nuevo aplazamiento o la anulación de los Juegos.
Las autoridades japonesas, al igual que el COI, indicaron con claridad que no desean que los Juegos sean aplazados una segunda vez. Ningún responsable olímpico considera de forma pública la posibilidad de anular el evento, lo que sería inédito en tiempos de paz.