Seis millones de euros (¢3.976 millones) es lo que dejará de recibir el París Saint-Germain, equipo en el que juega Keylor Navas, por tener que jugar a puerta cerrada este miércoles ante el Borussia Dortmund.
El juego, correspondiente a la vuelta de octavos de final de la Champions League, se realizará bajo esas condiciones por la amenaza del coronavirus.
Esta situación hace pensar que una nueva “maldición” ha tocado al conjunto galo y que no contar con el apoyo de sus aficionados les costará caro.
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Vuelven los fantasmas
Lesiones de su estrella Neymar en los peores momentos, remontadas del rival y ahora el Parque de los Príncipes a puerta cerrada... El PSG, traumatizado por tres eliminaciones consecutivas en octavos de final de la Liga de Campeones, ve como una nueva “maldición” vuelve a amenazar su sueño europeo.
En el partido de ida en Dortmund (derrota parisina por 2-1), el cuadro francés se dejó impresionar por el ambiente del “muro amarillo” del estadio alemán, tal como reconoció el técnico Thomas Tuchel.
En cambio, para la vuelta este miércoles, el PSG no podrá contar con el apoyo de 48 mil hinchas en su casa para tratar de darle vuelta a la eliminatoria.
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Y es que la historia de las últimas tres temporadas podría repetirse: primera fase casi perfecta y después viene el hundimiento inexplicable en el momento de enfrentar las eliminatorias directas.
Es difícil olvidar la increíble remontada en 2017 del Barcelona en el Camp Nou, cuando el equipo azulgrana ganó 6-1 en la vuelta después de perder 4-0 en París. Tampoco la hazaña del Manchester United el año pasado, cuando los ingleses se levantaron de una derrota 2-0 en Old Trafford, ganando 3-1 en la capital gala.
Y con frecuencia el París ha tenido que afrontar esta parte decisiva del torneo europeo sin Neymar, su jugador estrella, fichado en 2017 con el objetivo de conseguir el sueño europeo, lesionado tanto en 2018 (contra el Real Madrid) como en 2019 contra los Red Devils.
Estos fracasos en Champions desesperan tanto a los aficionados del club parisino como a los propietarios cataríes, que no han dudado en invertir dinero desde 2011 para formar una constelación de estrellas capaz de asaltar el trono europeo.
Pérdidas millonarias
Hasta el último minuto, los dirigentes del PSG negociaron, en vano, con las autoridades de su país para evitar un escenario que temían: un estadio sin público.
Y el club hizo todo lo que estaba en sus manos para conseguir el visto bueno de las autoridades frente a la propagación del coronavirus.
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La primera iniciativa fue un mensaje tranquilizador a los aficionados en la plataforma de venta de entradas: “Todos los equipos del París SG están implicados para que el Parque de los Príncipes esté listo para acoger a los hinchas en las máximas condiciones de seguridad sanitarias".
El equipo incluso contrató una empresa de limpieza para desinfectar todas las zonas del estadio frecuentadas por el público y los jugadores, desde las sillas a las escaleras mecánicas.
Preocupados
Tras la pesadilla vivida contra el Manchester United la temporada pasada, los fiebres vuelven a pensar que las cosas se les pueden complicar.
“Cada año pasa algo. Hoy tengo un sentimiento de fatalidad", asegura Simón, de 28 años, quien iba a asistir al partido con su hermano, que viajaba desde Toulon, al sur de Francia, solo para el duelo.
“Al día de hoy estoy convencido de que nos eliminan. Los jugadores no van a trascender sin el público”, comentó.
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“¡Han fastidiado la fiesta!", lamentó James, un fiel asistente al Parque de los Príncipes. “Es la incomprensión total. En París, el metro, los centros comerciales, los museos... no están cerrados. Tenemos derecho a una explicación”, reclamó.
La decisión no impide, eso sí, que los hinchas se concentren en los bares cercanos al estadio para seguir el partido por televisión.
El Colectivo Ultras París (CUP), el principal grupo de seguidores del equipo, invitó a los aficionados a reunirse el miércoles en los alrededores del estadio antes del partido. "Para que los jugadores nos escuchen desde el exterior”, aseguraron.
La ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, llamó el lunes a la responsabilidad. Algunos hinchas acudirán a la llamada del CUP, aunque para otros muchos será la ocasión de verlo desde la comodidad de la casa.