Roberto Lobo puede rajar que le tiene un amor inmenso a Costa Rica, al punto que decidió abrir una cafetería en Mesa, Arizona, por el puro deseo de que la gente pruebe y disfrute el café tico.
Pero esto llama más la atención si tomamos en cuenta que nació en Estados Unidos, fruto de un papá tico y una mamá gringa, quien a los siete meses se fue a nuestro país, pero a los cinco años estaba de vuelta en la Yunai. Poquitos años, pero suficientes para que la mitad de su corazón sea nacional, pues la otra mitad le pertenece a la tierra del Tío Sam.
El local se llama Pura Vida Grinds y lo pudimos visitar gracias a que La Teja está en este estado gringo por el partido que jugó la Sele ante Colombia por la Copa América. Duramos una media hora desde Phoenix y valió la pena conocer ese lugar tan lindo y ver la bonita relación con su esposa, Angela, y su hijo Charlie.
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Desde que parqueamos se nos dibujó una sonrisa en el rostro al ver la bonita entrada, con todo el espíritu tico, y ni qué decir al entrar; realmente, no es vara cuando decimos que es un pedacito de Costa Rica en Arizona, ya que la decoración lo hace a uno sentirse allí.
Tiene un enorme mural del famoso billete de cinco colones, una mecedora tica hermosa, y un montón de artículos nacionales, como camisas, gorras, llaveros, pulceras, peluches y máscaras aborígenes, que son artículos que vende. Son bastante cosas, pero todo muy bien ordenado y lindo.
Habiendo entrado nos pusimos manos a la obra y le preguntamos por qué decidió tener una cafetería tica en medio del desierto de Arizona.
“Siempre quise compartir la cultura de Costa Rica sobre el café. Por eso traigo café y souvenirs para compartir con la gente de acá. Siempre quise hacer algo por el amor a Costa Rica”, comentó Lobo, quien habla perfecto español, pero obviamente, con un acento estadounidense.
Pero el negocio no cayó del cielo, tuvo que pulsearla bastante, ya que empezó con un humilde carrito que jalaba por todo lado vendiendo el yodito costarricense. En ese momento era su papá quien le enviaba el café. Así se empezó a ganar, a punta de deliciosos yodos, a los ticos en esta ciudad y también a los extranjeros.
“Muchos extranjeros que viajan a Costa Rica les encanta el café y entonces vienen buscando algo de Costa Rica”, añadió.
Su siguiente paso fue comprar un camión, para hacer un tipo food truck, con el que puede ir a fiestas o eventos, siempre llevando el mejor café. Está decorado con monos y perezosos, por todo lado hace sentir a nuestra tierra.
El local es más reciente; incluso, hace dos semanas lo remodelaron, pero la esencia sigue siendo la misma, que el yodo sepa bien rico. Desde poco después de la pandemia hizo una alianza con Coopedota en Tarrazú y entonces ese es el grano de oro que prepara y vende.
Ok, pero hay una pregunta muy importante: ¿Cómo aprendió el arte de hacer cafecito?
“La verdad, yo sabía hacer café con leche, como el que la mayoría hace en Costa Rica, entonces fui aprendiendo en YouTube. Ahora me dicen que me queda perfecto, que es el número uno”, mencionó con orgullo.
El cafecito lo acompaña con pan u otras galletas de Tiquicia, y su meta es pronto hacer gallo pinto. Para el Día del Padre estuvo en Costa Rica y aprovechó para agarrar bolados.
Las cositas que tiene a la venta, que las lleva cuando viaja al país o se las envían, las compra directamente con artesanos. Dice que los brazaletes, los llaveros y las camisetas son los productos más populares.
”Quieren un pedacito de Costa Rica, llevar algo del país además de tomarse el café”, añadió.
Dice que en Arizona hay una buena cantidad de ticos y que cada 15 días se reúnen a hacer una fiesta en un parque; de paso, les abrió las puertas de su cafetería para cuando quieran ir.
En un intercambio
Obviamente, le preguntamos cómo se conocieron sus papás. Resulta que su padre se fue de intercambio a Oregón y allí la conoció. Se casaron y Roberto tenía siete meses en el momento en que jalaron a Tiquicia. Cuando tenía cinco años ellos se separaron y por eso él regresó con su mamá a Estados Unidos. Pero todos los veranos viajaba donde su papá y por eso mantuvo el ligamen con el país.
“Me siento un tico completo, yo siempre he tenido mucho amor por Costa Rica, quería compartir eso con todos. Me encanta tener un lugar especial para la gente, un pedacito de Costa Rica”, añade Lobo, quien vivió en Heredia centro, es aficionado al Team y asegura que pudo ver la construcción del nuevo estadio y cree que se ve grande y quedará bonito.
La historia se repitió y, al igual que su papá, hace 10 años conoció a su actual esposa, oriunda de Minnesota, con quien hace cinco años tuvo a Charlie. El pequeño se identifica mucho con Costa Rica, ha ido como dos veces y está pronto a entrar a la escuela, donde va a empezar a aprender español.
“Vengan a probar el café, se van a sentir como en Costa Rica, es un pedacito del país en Arizona”, invitó a la gente para concluir.
La Teja está en Los Ángeles gracias a DM Viajes, si quiere contactarlos para que le organicen un viaje puede escribirles al WhatsApp 8950-4637. También los puede buscar en Facebook como DM Viajes o puede visitarlos en Puriscal donde tiene sus oficinas.