Celebrar un título de campeón internacional en uno de los estadios más icónicos y grandes del mundo como lo es el Maracaná, en Río de Janeiro, Brasil, es un lujo que pocos se dan a nivel mundial y este martes un costarricense experimentó esa sensación única.
En el duelo entre el Flamengo de Brasil e Independiente del Valle de Ecuador, por el partido de vuelta de la Recopa Sudamericana, había un tico, Gabriel Echeverría Beirute, herediano de cepa, quien lució la bandera tricolor con mucho orgullo en la celebración. Gabriel es el médico del equipo ecuatoriano.
Desde la banca, él vivió lo que fue un partido infartante, en el que les empataron el 1-0 en el marcador global con un gol al minuto 95 y que terminaron ganando en penales bajo un fuerte baldazo.
Al final, Independiente se jaló un Maracanazo silenciando a las más de 71 mil personas presentes y llevándose un título histórico para el club y el fútbol ecuatoriano.
Gabo, como le llaman de cariño, habló con La Teja sobre lo que fue ese momento increíble, el cual afirma es de las cosas más emocionantes que ha vivido.
“Fue algo muy emocionante, nunca había estado en una final de Recopa. Es un estadio hermoso, una vez renovado por el mundial de Brasil es un estadio muy moderno, muy lindo. Antes del inicio del partido le dieron un reconocimiento a Zico por su historia en el fútbol brasileño.
“Es el más lindo en el que he estado, no solo por la infraestructura, sino por el ambiente que se vive. Toda la hinchada en contra de nosotros en una final y no es que te insulten ni nada, sino lo normal que se dice o pasa en un estadio, se siente mucho esa presión, pero fue una experiencia, única, hermosa, maravillosa, no sé si me tocará volver a repetir algo así, pero para mí fue inolvidable”, destacó.
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Él le tenía buena fe a llevarse la copa, tanto así que empacó la bandera tica y la tenía cerquita para sacarla en el momento de la celebración y mostrarle al mundo que esto también era un poquito nuestro y él era nuestro orgulloso representante.
“Siempre es bueno y bonito llevarse un poco de nuestra tierra al equipo, al cuerpo técnico. Con el mayor orgullo uno saca la bandera en la celebración, es como trasladarlo al país, la celebración es mía como médico del equipo y del club, que es lo más importante, así como de los jugadores, pero yo veo que también lo podemos trasladar un poquito a Costa Rica. Fue una experiencia lindísima”, comentó el tico.
Cambio de vida
Echeverría lleva siete años en Ecuador y seis en el club, donde llegó porque su esposa es de esa nación. Se conocieron en Cuba cuando ambos estudiaban medicina en la isla, se hicieron novios y a la hora de decidir en qué país vivir, se fueron para la mitad del mundo por motivos familiares.
Ahora, en su casa en Quito, su medalla de campeón ocupa un lugar especialísimo por todo lo que significa su esposa Margarita y su hija Paula.
“Tengo una hija de cuatro años que le encanta ponerse las medallas que logramos en el club; es una parte muy linda que me gusta vivir, por todo el esfuerzo y trabajo también es de ellos. Pasamos mucho tiempo fuera en concentraciones, viajes, partidos, por lo que este tipo de cosas también es de ellos, por todo el sacrificio que hacen para que uno pueda desarrollar todo esto”, comentó.
El doc está por cumplir 38 años en marzo y aunque salió a los 21 años de Tiquicia, para irse a estudiar medicina, aún recuerda con mucho cariño todo lo de su país, al que le gustaría volver algún día a aplicar todos los conocimientos que ha adquirido estos años como médico deportivo.
Vivió doce años en Cuba, donde tuvo una gran formación en el área de la medicina deportiva, en la que unió sus dos pasiones, como lo son la medicina y el deporte, por lo que nunca tuvo duda de cuál sería su especialidad.
“Yo en Costa Rica jugué baloncesto, siempre estuve vinculado al deporte; de hecho estuve en la Selección Nacional, en mini baloncesto; pasé por el colegio Claretiano, el Santa Cecilia, el Santa Inés. Una época en la que el baloncesto a nivel colegial era de mucha rivalidad, muy bonita”, recordó.
Cuando llegó a Ecuador buscó al club, les presentó su trabajo sobre nuevas tecnologías aplicadas al deporte, le permitieron entrar y, poco a poco, fue escalando hasta que, actualmente, es el jefe del departamento médico y ha compartido sus conocimientos con clubes en Brasil, Chile y México.
“Nunca me han contactado de Costa Rica, pero es que tampoco he tenido nunca un vínculo laboral en el país, salí de estudiante, terminé la carrera de terapia física allá y me fui a estudiar medicina. Nunca he tenido relación con algún o centro médico, Comité Olímpico o Federación.
“Hace unos tres años tuve un contacto con la Fedefútbol, pero fue solo algo por correo, que me contactaron, conversamos un par de veces, pero de eso nada más. Igual, Costa Rica es mi país y me encantaría en algún momento tener algún vínculo y poder aportar lo que uno sabe”, agregó.
Hay momentos que se guardan de por vida y para Gabriel el de este martes es de esos que le quedaron tatuados en la mente, algo que no se imaginó ni en sus mejores sueños.