El delantero del Puntarenas FC Jurguens Montenegro ha tenido a lo largo de su vida a un ángel que lo acompaña desde que era un chiquillo.

Se trata de María Isabel Chaves, una de sus maestras de escuela, quien además de enseñarle sobre Español, Matemáticas, Ciencias y Estudios Sociales lo sigue apoyando y hasta el día de hoy es una de sus principales consejeras.

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Chaves conoció a Montenegro cuando era maestra de la escuela Fray Casiano y tenía a cargo el programa de Aula Edad, en el que participaban niños que en algún momento habían desertado y ella los rescataba para ayudarlos a terminar la primaria.

“Yo le di clases en quinto y sexto grado y desde entonces mantenemos una linda relación, basada en el respeto. Yo a Jurguens lo veo como uno de mis hijos y siempre lo he apoyado desde que inició su carrera como futbolista”, dijo la orgullosa profesora.

“Él camina solo”

Chavelita, como le dicen a Chaves sus alumnos, contó que hace 3 años se acogió a su jubilación y eso le permite disfrutar con mucha intensidad de fútbol y es fiel seguidora del Puntarenas FC.

De hecho, vio a Jurguens hacer sus primeros pasos en las ligas menores de los Tiburones y lo vio surgir en los distintos clubes a los que ha llegado.

“Un día le dije ‘necesito goles y nos dijimos que si anotaba lo celebraba, entonces estoy esperando que anote para tomarnos un cafecito y festejar”.

—  María Isabel Chaves, maestra de Jurguens Montenegro.

“Él era un buen estudiante, le gustaba trabajar con adultos porque casi no le gustaba juntarse con chiquillos, es una persona reservada.

“Para muchos es sabido que Jurguens vivió una infancia difícil y él se refugió en doña Lupe, una de sus vecinas que le ayudaba cuando era niño”, manifestó.

Una de las cosas que más le partió el corazón a esta educadora pensionada, de 55 años, fue recordar cuando Montenegro se graduó de sexto grado.

“No quiso ir a la graduación porque no tenía los medios para pagar el paquete y eso le daba vergüenza. A los días llegó a mi casa porque necesitaba el título para entrar al colegio.

“Los mismos güilas que estaban cerca de mi casa le cantamos, le aplaudimos y así se graduó de sexto, iba para el Liceo de Chacarita”, comentó.

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Jurguens sacó el sexto grado, pero su maestra y sus hijos no le perdieron el rastro y por eso es habitual verlo en la casa de María Isabel tomándose un cafecito y compartiendo con su familia.

“Él es amigo de mis hijos José Gonzalo, María Isabel y María José. Ha ido a pasear con nosotros, todos en la familia lo aconsejamos mucho y siempre buscamos como echarle la mano. Le hemos recomendado que ahorre, que se compre una casita, porque en este momento no tiene.

“Jurguens prácticamente camina solo y antes de volver al Puerto, me llamaba cuando venía para acá y me preguntaba ‘¿puedo pasar a tomar cafecito?’ y mi respuesta para él es que las puertas de mi casa están siempre abiertas para él, es bienvenido en nuestro hogar”, afirmó.

María Isabel está orgullosa del camino que ha labrado su exalumno. Aseguró que cuando estuvo en Bolivia se deprimió mucho y confía en que este regreso a Puntarenas le ayudará a levantar en su carrera.

“Antes de que firmara nuevamente, se rumoraba la posible llegada y yo le pregunté si era cierto. Él me contó y cuando se dio todo le dije que estas son las alas que necesita para volver a volar.

“Un día le dije ‘necesito goles y el domingo casi los hace ante Cartaginés y nos dijimos que si anotaba lo celebraba, entonces estoy esperando que anote para tomarnos un cafecito y festejar”, añadió.

Lista para verlo en acción

Puntarenas visitará el Ricardo Saprissa este domingo, a las 5 de la tarde y Chavelita ya tiene su camisa personalizada, con el nombre de su exalumno para irlo a ver a la Cueva.

“Ese día espero verlo para pedirle una foto ahora vestido de porteño y ojalá el domingo haga un golcito.

“Él se merece lo mejor, es una buena persona y mantiene su humildad y ayuda a su familia a salir adelante y por eso, sé que la vida lo va a premiar”, expresó.