Joselyn Briceño, una muchacha de 18 años, se inspiró en sus hermanos para dedicarse al fútbol y hoy está haciendo historia pues se convirtió en la primera jugadora tica en vincularse al torneo femenino de Argentina.
La joven, vecina de Santa Cruz de Guanacaste, se unió al equipo Talleres de Córdoba, a finales del año pasado, y jugará en tierra sudamericana por los próximos dos años.
La de Joselyn es toda una historia de lucha. Briceño es lateral izquierda y en Tiquicia jugó con Liberia, Dimas Escazú y antes de dar el salto al extranjero vistió los colores del Sporting FC.
Briceño conversó con La Teja, desde su residencia en Córdoba, y relató sus inicios en este deporte y esta nueva experiencia.
- ¿Cómo nació su gusto por el fútbol?
Recuerdo que cuando era una niña, veía a mis hermanos mayores (Adriana y Ryan) jugando y más a mi hermano, que estaba con Liberia. Jugaba con él en el corredor, veía los partidos y un día, jugando con él, me vieron y decidieron incluirme en un equipo que se estaba formando en Liberia, en ese entonces tenía 6 años recién cumplidos.
Mis hermanos son mi ejemplo a seguir, los veía divirtiéndose y pensaba: “Quiero hacer esto”, era muy competitiva, más de lo que soy ahora, y cuando jugaba con él y perdía me ponía a llorar.
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- ¿Quiénes la apoyaron en este deseo?
Mi mamá Joan es quien más ha estado conmigo desde el inicio, pero habían personas en mi familia que no veían bien que jugara bola, no sabían si era lo mejor para mí.
Cuando cumplí 11 años iba a entrenar de lunes a viernes y jugaba los fines de semana, después me llamaron a Juegos Nacionales y ahí comenzaron a ver que iba en serio.
Mi papá, Marcos, al inicio no me apoyaba y ya luego hasta me veía en los partidos. Cuando llegué a los 14 años ya se acercaba un poco más, siempre intentó estar y ahora me manda mensajes, me felicita y eso lo agradezco mucho, porque no tuve ese apoyo por años, me hacía falta que lo mostrara, que se siente orgulloso de mí y eso me hace sentirme muy feliz.
- ¿Cómo se dio el contacto con Talleres?
El año pasado, se abrió una plaza para Concacaf y Costa Rica clasificó de forma directa al Mundial sub-20 que se jugaba en Colombia. En el Mundial jugamos contra Países Bajos, Corea del Norte y Argentina.
El último partido nos tocaba contra Argentina y, aunque sabíamos que estábamos eliminadas, no bajamos los brazos y, personalmente, en ese partido di toda mi energía. Un Mundial es agotador no solo en lo físico, sino en todos los aspectos.
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Gracias a ese partido me vieron en Argentina y hasta tuve una opción para anotar, y todo esto me hizo replantearme muchas cosas en el deporte.
Pero por dicha surgió esta oportunidad y la quiero aprovechar al máximo.
- ¿Qué tal los primeros días en Argentina?
El día en que llegué comenzamos a entrenar y recién llegada tuve un esguince. Por supuesto no esperaba lesionarme e invertí todas mis energías en recuperarme y acá me ayudaron en lo emocional y todo el tratamiento para superar la lesión y ya estoy jugando.
Todo ha sido muy rápido y ya hasta enfrenté al Boca Juniors, el 10 de febrero, que acá es el equipo más importante a nivel femenino y lamentablemente perdimos, pero seguimos en la lucha.
Agradezco a la tecnología, porque así puedo comunicarme con mi familia, mi hermana vive en Estados Unidos y prácticamente hablamos todos los días, porque hace unos años eso era casi imposible.
- ¿Vive sola o comparte casa con alguna compañera?
Al inicio vivía sola y ahora convivo con Natalia Mills, que se vino para acá luego de jugar con Alajuelense, y estoy muy feliz de estar con ella, porque se siente como ese calorcito de hogar, una especie de abrazo, y mantenemos una buena comunicación.
- ¿Tiene el deseo de cursar alguna carrera?
En el 2023 me gradué del colegio, en eso salí de Guanacasteca para irme a jugar a Sporting. Comencé a estudiar Psicología en la UNA y congelé la carrera, porque una de las condiciones que negocié en el club era que me pagaran los estudios y en mayo comenzaré a estudiar Terapia Física, la carrera de mis sueños.
- Y cuando no está jugando, ¿qué hace?
Me gusta salir a caminar, es mi manera de descansar, escuchar música me da mucha energía, me gusta Malpaís, porque me hace recordar a Guanacaste, y Calle 13. Aquí en Córdoba es supertranquillo, casi no se ven carros.
No soy muy fanática de las pantallas, las uso más que todo cuando me pongo de acuerdo con mi pareja para ver una película o serie.
- ¿Cómo maneja la relación a distancia?
Formalicé mi relación antes de venirme para acá, la verdad es algo muy loco, porque la conocí en el Mundial, en Colombia. Mi pareja es colombiana, la visité en diciembre antes de venir a Argentina y espero en algún momento convivir con ella.
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- ¿Qué opina de la crisis del fútbol femenino tico?
Me duele, porque aunque se puede decir que logré salir a tiempo de Costa Rica, sé que hay compañeras y amigas que no han podido hacerlo y dependen del fútbol tico.
Evidentemente hay una crisis, porque ya desde el año pasado no se sabía si se iba a jugar el Clausura 2024 y hay que tomarse en serio lo que está pasando, los equipos se retiran porque exigen cambios, se intentan llenar esos vacíos, pero más allá de eso debe haber una reestructuración, es necesaria.