Carlos Umaña es el tercer portero del Herediano y está a la sombra de dos gigantes del marco, Esteban Alvarado y Bryan Segura.
¿Cómo hace un guardameta para motivarse y estar siempre listo con semejantes arqueros delante de él?
Umaña sigue trabajando fuerte por si pasa algo, una lesión o alguna expulsión de Alvarado o Segura, que lo pueden volver a meter a convocatoria.
Cabe recordar que el Team enfrentará a Puntarenas FC este sábado a las 8 de la noche en el estadio Colleya Fonseca, en el juego de vuelta de la semifinal. En la ida igualaron 0-0.
Hablamos con Carlos Umaña padre, el responsable de que su hijo esté siempre atento, listo y mantenga la disciplina, pues el muchacho es de esos jóvenes enfocados en lo que quieren, pues además de ser futbolista, estudia Economía en la Universidad Nacional (UNA).
- ¿Cómo logra un portero mantener la motivación con esos dos monstruos delante de él?
Marcelo Emanuelle (preparador físico) me decía eso. Se tiene que cuidar mucho en lo físico, en las comidas y todo esos asuntos, y entrenar fuerte.
-¿Cómo se mete Carlos al fútbol?
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Yo antes mejengueaba y era defensa, pero me llamaba la atención la portería. Yo empecé a enseñarle y por ese entonces me quedé sin trabajo y llegué a un acuerdo con mi esposa. Entonces tuve mucho tiempo para cuidarlo, chinearlo y enseñarle, por lo menos para que no le tuviera miedo a la bola y le fue gustando, a los seis años lo metí al Herediano. Cuando llegábamos a la casa le decía: ‘Hiciste las cosas muy bien, pero puede mejorar’. Y siempre lo hemos manejado así. A mi esposa no le gusta ni un poquitico el fútbol, pero le da la motivación de la mamá, lo pone en oración y le dice que se debe tener fe en Dios.
- ¿Entrenar con ellos (Alvarado y Segura) es como un aprendizaje?
Por supuesto que sí. La primera vez que entrenó con Esteban creo que estaba un toque lesionado, cuando llegó nos contó todo lo que aprendió, estaba como loco. Carlos tiene una gran virtud, que a todo lo malo que le pasa le saca lo mejor de sí y va luchando y luchando.
Una vez en las ligas menores, como con diez años, tuve que conversar con un entrenador que lo marginaba, lo ponían a hacer series, aunque él siempre ha tenido cualidades. Yo le decía que iba a hablar con él y él me decía que no. Una vez llegó llorando y sin ganas de comer y le pedí explicaciones al entrenador y no supo qué decir.
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Otra vez lo vi hablando con un papá y yo me preguntaba: ‘¿Qué le estará diciendo?’, y le decía que el técnico le indicaba que se tenía que quitar la camiseta que andaba, una del Barcelona, porque así no podía entrenar, solo porque el entrenador era del Real Madrid. Esas cosas del bullying las ha ido superando. Ahora que jugó contra San Carlos me quedé sorprendido de verlo. Ya está preparado.
- No es el mismo caso, pero José Francisco Porras fue banca muchos años y cuando le tocó agarró el puesto y no lo soltó. ¿Eso le puede pasar a su hijo?
- Porritas fue un porterazo, titular en un Mundial. Entre las oraciones y la vida de él, como persona, algún día llegará. Por decir algo, el sábado salió con sus amigos y todavía llama a la mamá y a mí para pedirnos permiso, para preguntarnos que si lo dejamos salir. A las 9:30 de la noche ya está dormido, se trasnocha si se duerme a las 10.
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- ¿Tiene hermanos?
- Es hijo único. Duramos muchos años sin tener hijos por problemas y, cuando mi esposa quedó embarazada, tres meses después perdió el bebé, y poco más de un año después quedó embarazada de Carlos.