El clásico era sin colores, pero Saprissa sí se pegó el colorazo de perder 3-1 frente a Alajuelense y ese colorazo salpicó a Paté Centeno.
Los saprissistas podrán escudarse en que era un juego para ayudar –porque el objetivo que plantearon los clubes era recoger plata para ayudar a Erick Marín en su lucha contra el cáncer– pero la rivalidad siempre estaba en la cancha.
Y por el lado benéfico no hay dudas: fue un éxito. Llegaron 15.060 personas, lo que representa cerca de ¢15 millones para Marín y su familia.
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En lo deportivo quizás los tibaseños deben preocuparse más que los liguistas porque llevan una semana de tres derrotas y contra el archirrival es imperdonable y manda además una muy mala señal para el arranque del torneo Apertura, que se inicia en quince días.
El Monstruo de Wálter Centeno primero perdió contra el Tauro 6-4, después cayó 2-1 ante San Miguelito, ambos clubes de Panamá, y ahora ante el León.
Clásico emocionante
A pesar de que los saprissitas tal vez no quieran recordar mucho la mejenga, fue un partido bastante emocionante, bien peleado, con polémica y con posibilidades de gol en ambos marcos durante los más de 90 minutos.
Aarón Cruz y Adonis Pineda tuvieron la oportunidad de lucirse con buenas tapadas.
Apenas empezando (minuto 9) Junior Díaz se jaló una torta. Perdió el balón en salida, se lo dio a Marvin Angulo y cuando el morado lo estaba bailando le cometió falta dentro del área. Pero le salió barato porque Hugo Cruz se hizo el loco y no pitó nada.
La reacción manuda fue rápida y en dos toques le clavó a Aarón Cruz el primer golcito.
Fue al minuto doce en un tiro de esquina cobrado por el hondureño Alex López desde la esquina izquierda. Entró con todo de cabeza Jonathan Moya, que le ganó fácil la marca a Luis José Hernández y pum, el primero al saco.
Se emocionaron los erizos y empezaron a apretar al cuadro de Paté.
Al 27 les anularon un gol a los rojinegros por fuera juego mientras estaba el Monstruo sacando agua del bote.
Eso sí, hay cosas que no cambian ni cambiarán para la próxima temporada. Johan Venegas se ganó una amarilla por reclamarle fuerte a Hugo Cruz.
Además de que el marcador estaba en contra, al minuto 31 hubo otro susto para los de Tibás. Angulo salió de cambio porque en la jugada en la que Junior lo fauleó le golpeó fuerte el muslo y no quería arriesgar.
Al final el doctor Esteban Campos indicó que solo fue un fuerte golpe, nada de gravedad y fue el mismo futbolista que no quiso arriesgar.
Antes del pitazo para el descanso se les paró la peluca a los liguistas porque el Cachetón reventó un tiro libre en el palo.
Alegrón de burro
Con el arranque de la segunda parte, el cuadro morado mejoró. Incluso llegó rápido al empate, pero terminó siendo simplemente un alegrón de burro porque al final terminó derrotado.
El reloj marcaba los 14 minutos cuando Adonis Pineda y Henry Figueroa se enredaron y no lograron despejar, dejaron la bola en el área, la agarró Mariano Torres y cuando se disponía a definir Kenner Gutiérrez lo detuvo a la fuerza.
Un minuto después el encargado del cobro fue Venegas, le levantó mucho pero pegó en el palo y entró para el uno por uno.
Se puso buena la mejenga, pero esa felicidad solo duró 9 minutos.
Anthony López recibió un gran pase frente al área y no perdonó, pateó fuerte con la zurda apenas para que Aarón se lanzara y viera de cerca pasar el gol hasta el fondo de las redes.
Siguieron momentos tensos para Saprissa y le volvió a arder el rancho. Ariel Lassiter pudo tocar la gloria pero perdonó en un par de ocasiones.
El reloj se agotaba y Paté corrió algunos riesgos para ver si empataba, pero le salió más caro.
Primero porque se fue Alex López solo y en vez de definir pensó en dársela a Roger Rojas pero le salió muy mal el pase.
Pero hubo otra jugada muy parecida, al 90+2. Esta vez el que se escapó desde media cancha fue Marco Ureña, quien ahora sí la pasó bien a Ro-Ro, que solo y sin portero en el marco nada más tuvo que empujarla.
Ya no había nada qué hacer. Ahora Paté hará maletas con sus pupilos para ir a buscar su primera victoria de la pretemporada a suelo mexicano.