Los clubes de la primera división no aprenden, pese a que una ley prohíbe la presencia de barras organizadas en los estadios y al triste y lamentable incidente que se presentó el sábado en el estadio La Corregidora de Querétaro, México, las barras estaban este domingo en los estadios.
Pasó en el Cuty Monge, sede del Sporting y responsabilidad de ese equipo, pues la barra denominada Ultra, que apoya a Saprissa, hizo su fiestica en las graderías. Muchos integrantes de esa barra viven en Desamparados, donde fue el partido.
También estuvo la Doce, que apoya a Alajuelense, presente en el Carlos Ugalde, apoyando a los manudos en Ciudad Quesada, hasta donde, según la transmisión de Tigo, les tenían un campito reservado.
Según pudo constatar La Teja, en el Cuty también le reservaron un espacio a la Ultra.
Todo esto pese a que el sábado en México, un enfrentamiento entre las barras de los equipos Gallos Blancos de Querétaro y el Atlas, actual campeón de ese país, desató una carnicería humana. Extraoficialmente se habla de 17 personas fallecidas, aunque las autoridades aseguran que no hubo fallecidos.
Lo ocurrido en México es solo un ejemplo de lo peligrosas que son las barras y por más calmaditas que estén ahora en Costa Rica sabemos muy bien de lo que son capaces, por eso se aprobó en noviembre del 2020, la Ley contra el Racismo y la Violencia en los Estadios, que prohíbe el ingreso de barras organizadas a los inmuebles deportivos. Solo el hecho de dejar ingresar a las barras ya es un incumplimiento a esta ley que parece que nadie respeta.
El artículo 20 bis de esa ley señala que los clubes deben tomar las medidas que sean necesarias para impedir el ingreso de las barras. Es decir, es una obligación de los equipos asegurarse que el estadio estará libre de barras.
“La no adopción, por parte de las entidades y agrupaciones deportivas, de medidas de seguridad (...), así como la falta del deber de cuidado, coordinación y diligencia en la prevención y el control de actos, comportamientos y conductas violentas, (...) serán sancionadas con la clausura temporal del recinto deportivo por un periodo de cinco jornadas deportivas como local y hasta inhabilitación para organizar eventos, partidos, encuentros o competiciones profesionales o aficionadas por una temporada completa”.
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Este domingo no pasó nada con las barras, pero sabemos que estos grupos son una bomba de tiempo, el mejor ejemplo fue lo que vivió la Liga en diciembre, cuando quedó eliminado en semifinales ante Saprissa.
Alajuelense fue precisamente primer club que se vio metido en problemas por actos con las barras, una vez aprobada la ley, cuando el domingo 12 de diciembre permitió ingresar a la Doce para la semifinal de vuelta ante Saprissa y los aficionados, frustrados por los resultados del equipo, invadieron la cancha y hubo un intercambio muy feo de palabras con jugadores.
Hubo invasión del terreno de juego, uso de bombas de humo y lanzamiento de objetos como serpentinas. Eso fue visible y comprobable en las tomas de FUTV y son actos que violan el artículo 11.
Sin control
El periodista de radio Monumental Andrey Aguilar dijo que la situación de este domingo evidencia que los clubes no tienen cómo controlar el ingreso a los estadios de las barras organizadas.
“Ambos estaban de visita, ellos (Saprissa y Alajuelense) lo han intentado controlar siendo locales, pero ese problema se ha presentado cuando son de visitas, quizás el equipo local no lo puede controlar”, expresó.
“Me parece inaudito que todavía veamos este tipo de aficionados en los estadios, no solo por lo que pasó en México ayer sino por lo que ha pasado aquí.
“Los aficionados como tal no les importa, ellos se brincan todas las normas, y no les interesa hacer caso”, añadió.
Gustavo López, de Tigo Sports, comparte el criterio con Aguilar.
“Creo que las barras no deben ingresar a los estadios, no se deben alimentar ni propiciar el ingreso de estos grupos organizados, no tenemos por qué esperar que pase lo que pasó en Querétaro para pensar en medidas estrictas, me parece que se debe anticipar. Y ya en Costa Rica también han habido suficientes incidentes”, aseguró López.
Respetar las reglas
Isaac Guillén, aficionado rojinegro, también llamó a la conciencia a los propios aficionados.
“Cuando se dice que una barra no puede entrar, se tienen que respetar las reglas. La 12 entró al clásico separada, pero se juntaron en el estadio y están faltando a las reglas. Y hoy en el Cuty Monge la Ultra entró al estadio. Yo siendo directivo de los equipos prohibiría el ingreso a las barras definitivamente”, añadió.
Buscamos al ministro de Seguridad, Michael Soto, pero no apareció. Tampoco lo hicieron la diputada María José Corrales, quien promovió la ley contra las barras, ni la nueva presidenta de UNAFUT, Victoria Gamboa Ross, pero volveremos a insistir.