Este jueves las barras bravas del fútbol nacional recibieron un importante espaldarazo de parte de los equipos de primera división a los que apoyan para tener un espacio en sus estadios.
A diferencia de otros tiempos en la que los clubes los pusieron puerta afuera por las constantes peleas y disturbios que crearon adentro y afuera de las canchas, ahora los recibieron de vuelta.
Hace tres años la Ultra fue vetada del Estadio Saprissa, tiempo antes a la Garra la habían puesto puerta afuera del Rosabal Cordero y en diciembre del 2021, Alajuelense vetó a La Doce del Morera Soto.
Las medidas como han sucedido otras veces, apenas fue cosa de un rato y hoy por hoy los equipos les volvieron a abrir sus puertas como se ha visto durante este torneo.
Para lo que muchos es una vía arriesgada, Saprissa, Alajuelense y Herediano han decidido irse por la vía del diálogo y creerles que esta vez sí se comportarán como es debido, amparados un poco por la confianza que les da la promulgación de la ley 9145 que establece la prevención y sanción de la violencia en eventos deportivos y que se debe aplicar en caso que vuelva a haber problemas.
La Fuerza Pública está metida de llena en el tema, desarrollando una estrategia para minimizar riesgos, pero dejándole claro a los equipos que si su decisión fue abrirle la puerta a las barras deberán ser vigilantes y rigurosos en la aplicación de la ley, sino se deberán atener a las consecuencias.
Es decir, en esta ocasión la apuesta de los equipos es más riesgosa, porque a diferencia de antes cuando nadie se hacía responsable de las broncas en los estadios y todas las partes se pasaban la bola, la ley que se promulgó desde el 2020 ahora si deja claro las responsabilidades de parte y parte.
“Experiencia estadio”
Uno de los argumentos que los dirigentes de los equipos grandes dan para el regreso de las barras es que dan color a los partidos y crean lo que llaman “experiencia estadio”, como explicó Gustavo Chinchilla, gerente general del Deportivo Saprissa.
Un pleito entre los mismos integrantes de la Ultra los sacó del estadio en febrero del 2020.
“Esta ley que revisamos hoy es muy clara respecto al tema, nos dieron un detalle claro de los temas de prevención y sanción. La opinión del Saprissa siempre ha sido muy consistente, desde principios del 2020 definimos una posición clara y es que definimos a todos los grupos de aficionados como uno solo. Ahí entra la Ultra, Cultura Saprissa, Pasión Morada grupos que van al estadio.
“Ellos nos proponen cosas y nosotros determinamos lo que sucede dentro del estadio y garantizamos dos cosas, mejorar la experiencia del estadio y el espectáculo y asegurar la seguridad humana, no permitimos nada que vaya en contra de estos hechos”, explicó.
A Chinchilla le cuestionamos qué pesó para pasar en tres años de vetar a su barra a recibirla de nuevo.
“Es un grupo pequeño con el que nosotros coordinamos siempre y hablamos y controlamos con el padrón (necesario para ir a la gradería sur de la Cueva) quién entra y quién no entra. Nosotros abrimos el estadio a toda la gente y la Ultra es un grupo pequeño de aficionados que mejora la experiencia del estadio siempre y cuando cumplan las normas que les planteamos y les permitimos el ingreso, pero todos los aficionados son tratados igual”, destacó.
Comunicación
En Alajuelense hablan de manera directa con la Doce y en su caso hasta los han integrado a actividades anunciadas por el equipo como lo hicieron la semana pasada en una visita a un orfanato en Alajuela.
En diciembre del 2021, luego de perder una semifinal ante el Saprissa, la Doce invadió el campo y además intentaron meterse al palco en el que estaban directivos rojinegros y familiares de jugadores, lo que provocó que los vetaran de inmediato.
“Las barras son compuestas por una gran cantidad de personas por lo que lo más importante es que haya una muy buena comunicación con ellas. Este acercamiento que tuvimos con la Fuerza Pública es muy importante no solo para el manejo de una barra, sino de todos los aficionados y cómo deben comportarse adentro, con las pautas bien marcadas
“En la medida de que se sigan dando los resultados que hoy tenemos en el estadio, sin situaciones que nos compliquen a lo interno seguirá su participación”, detalló Rodolfo Víquez, gerente general erizo.
Para el rojinegro, hablar con los líderes de la barra es el primer filtro para que divulguen el mensaje al resto y se comporten adentro. Él evita estigmatizarlas y pensar que solo generan problemas.
“Yo discrepo un poco de la idea que son bombas de tiempo, porque al final quienes forman parte de una barra y el resto de los aficionados vivimos el fútbol, todos queremos resultados y evitar que la pasión se vuelva en eso. Controlar las emociones que no se desean dentro de un estadio. Lanzar objetos o invadir la cancha lo puede hacer cualquiera, no necesariamente alguien de una barra”, dijo.
Show
Roberth Garbanzo, gerente deportivo del Herediano, considera que más bien lo que hay que hacer es actuar de forma preventiva para saber cómo manejar las cosas.
“Las barras volvieron al estadio, pero se ha manejado de la mejor forma, la recomendación que da la Fuerza Pública y la coordinación con los clubes y seguridad privada es para esto, ir manejando todos estos temas y que no haya contratiempos en ningún partido. Esto es ir un paso adelante de lo que pueda pasar, gracias a Dios Fuerza Pública tiene mucha anuencia de estar ayudándonos”.
El “color” que dan las barras a los partidos y el ambiente es un punto por el que le parece positivo su regreso.
“En Herediano se habló con ellos, se ha contemplado muy bien su seguridad, que no se salgan de ese perímetro para que no hayan cosas que después podamos lamentar, pero al final es un tema también de espectáculo, si se logra hacer algo bonito, la verdad que una barra bien organizada, sin delincuencia o muchas cosas, generan un espectáculo bonito”, aseveró Garbanzo.