El chuzo de Mónica Monge es un Opel 1962, motor 1.700 cc y dos puertas, que pasa de generación en generación y que a pesar del paso de los años se mantiene como un ajito.
Esta joven, de 25 años, aprendió a manejar en este chuzo que perteneció a su abuelo (Enrique Monge), quien fue su primer dueño, pasó a manos de su padre y ahora, aunque su papá todavía vive, ella lo chinea como si fuera suyo.
¿Que cuidados debo tener con el alternador de mi carro?? |
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"Es importante revisar bien el cableado y todas sus conexiones eléctricas incluyendo los de la batería para evitar falsos contactos y cortos circuitos que pueden terminar en fuego. Nunca desconecte la batería del vehículo cuando el motor se encuentre encendido, ya que esto daña los componentes del alternador y si va a realizar alguna adaptación eléctrica consulte con un técnico automotriz", explicó Bryan Guido, mecánico automotriz (teléfono: 8603-5135). |
"Este carro es herencia del papá de mi padre, hace dos años mi papá lo recibió y se restauró. Aquí hemos estado con el carro para arriba y para abajo.
"Todo empezó porque mi papá se metió al Club de Autos Antiguos y cuando yo tenía unos doce años empecé a rogarle a mi padre que me llevara a las reuniones para conocer un poco de los carros y terminé con este", recordó Mónica.
Cuando recibieron este carro les tocó restaurarle algunas partes y el trabajo lo asumieron padre e hija. Principalmente tuvieron que meterle mano a la pintura.
"El carro actualmente es de mi padre, pero yo lo voy a heredar (risas)", señaló Monge.
Dejarlo como lo tienen hoy no fue tan complicado porque ellos hicieron los trabajos en la casa, pero si se les complicó por algunas partes que carro que estaban muy malas, ya que el abuelo lo usó para ir muchas veces a la playa y no había puente sobre el Tárcoles por lo que tenían que pasarlo por arena.
"A los lados y abajo había lata sobre lata por todas las reparaciones que le hicieron, por lo que toda esa parte se cortó y se hizo prácticamente nueva", señaló.
Monica reconoce que la calidad de este carro es increíble, ya que a pesar de su antiguedad les ha fallado muy poco.
"Se le han hecho un par de cosas, pero no a nivel de motor, prácticamente tiene el original, son cosas como los frenos que se han tenido que arreglar, pero está totalmente original", confesó.
La joven reconoció que lo que más le gusta de esta joyita sobre ruedas es la historia que arrastra y ella lo ama porque aprendió a manejar en este chuzo.
"Este carro tiene una transmisión de tres marchas, el carro es bastante duro y dependiendo de las maniobras que se hagan es más duro, pero es un carro que se deja manejar, lo hemos llevado a Panamá en un rally de autos antiguos y es complicado al principio por lo duro que es, pero no es nada del otro mundo", relató Mónica.
El carrito solo se saca para las reuniones de autos antiguos y algunas actividades especiales o exhibiciones.
Según Monge, quien ya suma varios años en el mundo de los autos viejitos podría asegurar que este modelo podría ser el único que anda caminando en estas condiciones.
"Son carros difíciles de encontrar porque han ido desapareciendo. Varias personas han mostrado interés en comprarlo, pero por más que han ofrecido no lo vamos va a dejar ir", confesó.
Un carro como este puede rondar los ¢4 milloncitos.
Mónica y su papá se la han jugado bonito para tener repuestos suficientes por aquello de que algo le falle al chuzo, ya que han tenido la suerte de encontrar carros de ese tipo botados y los han comprado, por lo que tienen tres motores guardados y un montón de repuestos.