La historia de este chuzo de la semana es tan amplia que se podría escribir un libro sobre las rodadas, de Leo, como le llaman sus dueños, es larga y tendida.
Este vehículo es un Land Rover modelo 1967, que Didier Chacón Chavarría y su hijo, Didier Chacón Vargas, compraron hace un año y es todo un trotamundos, ya que su anterior dueño era un alemán llamado Leonardo Thiele, quien le sacó el jugo por toda Europa, Australia y América.
Los Chacón decidieron llamar al chuzo Leo, en homenaje a aquel señorón que desde que lo compró sacado de agencia no se separó de la nave hasta que falleció el año pasado.
"La historia de los Land Rover en Costa Rica es a través de la Ensambladora Automotriz (empresa que los trae), ya que es por ella llegaron la mayoría de los modelos viejitos al país, pero a este carro no lo trajo.
“En febrero del año 67 un señor alemán con familia en Turrialba lo trajo de Europa, el carro lo pide por encargo a la compañía en Inglaterra, hace un viaje por algunos países en Europa, viaja a Australia, luego a América y llega en octubre a Costa Rica”, explicó Chacón.
Por temas de trabajo de su dueño original, el carro estuvo en Canadá por un tiempo, por lo que esta nave ha tenido tres juegos diferentes de placas ticas según nos explicó su actual propietario.
"Don Leo fallece en febrero del año pasado y la viuda decide vender el carro. Alguien me había dado la información del carro y le llegamos a la señora, negociamos y nos los vende después que del trámite sucesorio la deja como dueña.
“El carro es relativamente raro por el tipo de cabina, es lo que llaman un Land Rover 109 serie dos, que es la distancia en pulgadas del eje trasero al eje delantero, es la versión larga del modelo. Tiene el color original y algunos accesorios que lo distinguen como un enfriador de aceite y calefactor en la cabina”, dijo don Didier.
Junto al carro, además, les vendieron fotografías de los viajes del auto por el mundo, cuando lo montaron en el barco y certificados que autentican la veracidad de esos viajes.
“Hay unos diez documentos originales de la compañía que certifican el carro y lo hacen muy peculiar, creemos que no hay ningún vehículo en Costa Rica con la historia documentada de esa manera.
“Documentos de las polizas del carro cuando pasa Francia y otros países, sobre qué tipo de vehículo es, cuando se le entregó, documentos tan viejos como el propio carro”, explicó su dueño.
En esta familia, la pasión por los Land Rover es de todos, tanto así que el hijo fue el primero con este tipo de vehículos y hasta a la hija de Chacón le encanta, por lo que nunca se atreverían a venderlo.
“Al carro le metimos mano para hacerle unos arreglitos y el primer viaje que hace Leo con nosotros fue a una actividad del Team Land Rover (grupo al que pertenece) en diciembre del año pasado al volcán Turrialba. Fue una sorpresa como subió a pesar de los años que tiene”, destacó.
Esta familia seguirá feliz de la vida llevando la nave a reuniones o exhibiciones como la de hace una semana en San Pedro en la que se reunieron alrededor de unos quince Land Rover y en donde sus dueños compartieron historias.