Se despejó el panorama con la lista de la Sele para los dos amistosos de fin de mes, ante Escocia y Túnez, en Europa.
Oscar Ramírez apeló al viejo refrán ni con Dios ni con el diablo, y complació a la gradería de sol, entiéndase prensa deportiva fanática y a los aficionados al no llamar al morado Johan Venegas ni al manudo Jonathan McDonald.
A Venegas el Machillo siempre lo ha andado jalando para arriba y para abajo, ha sido uno de sus mimados. Todo lo contrario con el Bigmac, a quien no le ha perdonado las expulsiones sensibles en partidos de vida y muerte, como una final contra Saprissa.
A Venegas lo devolvieron de la MLS, y lleva solo dos goles con el Monstruo en 15 partidos. Demasiado poco para un jugador tan caro, pero esto no pesaba para el Machillo.
En contraste McDonald suma 12 pepinos en este torneo y 15 en el anterior, para 27 en total. Además está pasando un muy buen momento. Sin embargo, esto tampoco ha pesa para el seleccionador nacional y el artillero rojinegro sigue expiando sus pecados.
Y como buen estratega, Ramírez no quiso agitar las aguas en un tema tan o más radicalizado que el pulso por la presidencia entre los Alvarado. Así que partió el ayote por la mitad.
Además de apelar a una decisión salomónica, le abrió campo a otro artillero, que no despierta tantas pasiones, como Jendrick Ruiz, del Team. Ojalá su malicia indígena le funcione en el Mundial.