Ganan millones de colones, pero por más plata que hayan hecho nuestros seleccionados, incluido el cuerpo técnico, qué falta de clase tienen.
Como dicen, lo que natura no da Salamanca no presta. Por cierto, para los jugadores, Oscar Ramírez y sus asistentes, Salamanca es una prestigiosa universidad, la más antigua de España, fundada en 1218.
Después del llanto de Johan Venegas en su Facebook, diciendo que gente de la prensa le había majado a la esposa al salir del aeropuerto Juan Santamaría el pasado viernes, hecho al que falta a la verdad, ningún seleccionado y menos don Oscar Ramírez han mandado un mensaje a la maltratada afición. El Machillo, fiel a su estilo se fue callado, y eso que era una de las caras más visibles de una representación nacional.
Pudieron haber dado la cara, haber utilizado las redes sociales para haberse dirigido a los seguidores, si no querían que los periodistas, lógicamente los que no son acomodados, los entrevistaran.
Lástima la plata que gastan en asesores de prensa, que también están dormidos.
Lo cierto es que la afición merece respeto. Así como los dirigentes le ruegan para que llegue a los estadios a apoyar, también deberían pensar en como darle una palmadita en la espalda a esos mismos aficionados que van a empezar a buscar cuando vuelvan las eliminatorias o los fogueos, a esos aficionados que buscan las casas comerciales para clavarles sus productos con el pretexto de apoyar a la Sele, esas mismas casas comerciales que patrocinan a la Federación y a estos “ídolos” que a la hora de los balazos se esconden. ¡Qué falta de clase!