Desconocemos si Alajuelense se jaló alguna torta que, como en las películas de terror o suspenso, lo hizo merecedor de algún embrujo, pero si uno analiza todo lo que le pasó en el año de su centenario, aquello parece el guión de una cinta tétrica.
“La maldición en La Agonía” no es el nombre de ninguna peli de Hollywood, pero alcanza para bautizar el andar de la Liga en el Clausura 2019.
Hundidos como el Titanic
En 1912 antes que el famoso barco trasatlántico Titanic saliera al mar desde las costas de Inglaterra, su capitán Edward John Smith indicó que era una embarcación tan imponente que ni Dios sería capaz de hundirla y de fijo llegaría hasta su destino en Nueva York, versión que se refleja en la película de 1997, de la cual todos saben cómo acaba, con el chuzo hundido al fondo del mar.
Guardando las distancias, al inicio del torneo, Fernado Ocampo, presidente de Alajuelense, indicó que para su equipo era una obligación salir campeón en el primer semestre del centenario erizo y que tenían que ganar todo lo que se les pusiera enfrente y que estaba seguro que eso ocurriría por la planilla que tenían.
Tal como sucedió con el Titanic, parecía que los botes salvavidas sobraban en el barco, pero cuando las cosas se pusieron complicadas, fue lo que más hizo falta.
Parecido le sucedió a la Liga cuando la planilla, a la que se le tenía tanta confianza, se empezó a quedar corta y no hubo tiempo para arrepentirse porque lo dicho ya nadie lo quitaba.
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Durmiendo con el enemigo
La llegada de Esteban Alvarado a Alajuelense parecía como un golpazo de parte de la Liga a sus rivales, del que se alardeó y con el que se tenían grandes planes, aquello parecía como casarse con el hombre de sus sueños.
Esteban se declaró manudo, pero en poco tiempo todo se volvió una pesadilla y se dieron cuenta que estaban durmiendo con el enemigo.
Alvarado pidió el finiquito de su contrato a solo dos meses de haber firmado, un caso rarísimo de ver en cualquier fichaje, más cuando es un “bombazo”, como se dijo que era Esteban.
Al final, todas las palabras bonitas que Alvarado dijo se las llevó el viento y terminó atacando a su exequipo, como lo han hecho pocos futbolistas. El portero no buscó matar a la Liga, pero si dejó herida de gravedad la credibilidad de su dirigencia y su profesionalismo.
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La plaga que se llevó a muchos
En Alajuelense experimentaron una plaga que le fue quitando piezas poco a poco, en este caso no se trató de un virus, ni de ninguna enfermedad, sino de una "epidemia de lesiones”.
La corriente inició por el marco, luego le cayó a la defensa, a algunos volantes y terminó atacando con mayor fuerza en la zona ofensiva, pero la gran mayoría fue cayendo poco a poco, durante este torneo en la Liga se lesionaron 16 jugadores, lo que dejó primero a Luis Diego Arnáez y después a Hernán Torres casi en jaque y preguntándose ¿y ahora qué hago?
Esta es una de las partes en la que más parecía tener efecto una extraña maldición, porque ningún erizo parecía estar a salvo.
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Una serie de eventos desafortunados
Por más increíble que parezca, en Alajuelense llegaron hasta su penúltimo partido en el torneo con vida, lo que parecía difícil por todas las cosas que vivieron en el campeonato.
Cuando parecía que los manudos estaban listos para la foto, se levantaban de manera sorpresiva para tener su destino en sus manos, pero entonces tropezaba y volvía a depender de otros y luego otro le daba una mano y se levantaba de nuevo, en un extraño círculo vicioso.
Partidos como el clásico en el Morera, en el que falla un penal y recibe un gol al 93 después de haber dominado al Saprissa son muestra de esa montaña rusa de resultados en la que estuvo metida, la que se vio hasta en el partido de este sábado ante el Herediano, que lo pudo ganar al cierre bien, bien, pero una vez más se quedó corta con fallos inexplicables.
Presi en el hospital
La gota que derramó el vaso fue que el presidente Fernando Ocampo terminara en internado en el hospital un día antes de que su equipo quedara eliminado del torneo.
Esto no se puede atribuir como responsabilidad del club, pero lo que es cierto es que la presión que se vive en la Liga es mucha y por todos lados.
La Teja sabe que este domingo don Fernando continuaba internado en el Hospital México en San José y pese a los exámenes que le habían realizado el diagnóstico aún no era claro, por lo que se mantiene en observación.