El nuevo llamado a la selección nacional tiene un sabor especial para el volante Celso Borges, pues en esta ocasión el futbolista de Alajuelense por poco no alcanza a llegar al momento más determinante de la eliminatoria a Catar 2022.
El 5 de febrero en el partido en Kingston, ante Jamaica, el manudo salió lesionado, días después se reveló que se había fracturado el dedo pequeño del pie derecho y que podría estar afuera de las canchas de seis a ocho semanas.
Si la recuperación se extendía más de la cuenta, como pasa en casos de fracturas, perderse las mejengas de la Sele era un riesgo real y hasta tuvo que hacer un esfuerzo extra para llegar, según contó ante una consulta de La Teja.
“La lesión fue seria, romperse un hueso siempre es complicado, algo de mucha paciencia, que lleva su tiempo y esperar que haga callo, pierdes movilidad las primeras semanas, no es fácil. Ya cuando uno empieza a apoyar el pie y el trabajo es bastante arduo en ese sentido, yo estaba con la mente puesta que sí podía llegar y por dicha los tiempos dieron”, contó.
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El cuerpo médico de Alajuelense, encabezado por el doctor Jorge Slon, los fisioterapéutas y las máquinas del CAR (centro de alto rendimiento de la Liga) fueron sus principales aliados para lograr llegar antes del tiempo estimado, a quienes hasta les agradeció por redes sociales.
“Si estoy acá es porque estoy al cien por ciento, no iba a venir sino lo estuviera, yo me encuentro superbién y sé que las semanas de entrenamiento con el grupo me vendrán bien
“La ilusión la tenemos todos, el hecho de jugarse un mundial o estar en la posibilidad de poder entrar a uno nos llena montones”, comentó Borges.