Saprissa apeló el caso de Esteban Alvarado con una herramienta que bien pudo actuar en su contra y que dejó en evidencia la doble moral con la que actúan, según sea la conveniencia.
Alvarado cometió un error al irse a reclamar al centro del campo una acción donde no tenía nada que hacer. Se enfrascó en un juego de insultos con el volante alajuelense Celso Borges y le tiró la mano con fuerza. Esa acción generó que el volante manudo le diera un manotazo a su compañero Jonathan Moya.
La árbitra Marianela Araya expulsó a Alvarado, pero no fue precisa en su informe, pues indicó que el portero había golpeado a Moya. Lo cierto es que provocó el golpe.
Ese error llevó a Saprissa a apelar el asunto, alegando falsa identidad y recurrió al video. La apelación no prosperó.
No obstante, Saprissa no tomó en cuenta que otros dos videos, muchos más claros, dejaron en evidencia a Mariano Torres. Una, cuando le pegó un patadón a James Manjrekar, frente a la árbitra.
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El otro, al minuto 88, cuando empujó al asistente William Chow. La herramienta tecnológica que usó para apelar lo de Esteban, el video, evidenciaba por otro lado, un error que benefició al club, pues lo de Mariano era para roja, según los reglamentos y los mismos analistas arbitrales. Allí no hicieron nada.
Gustavo Chinchilla, gerente deportivo del club, dijo en Teletica Radio que no harán un alboroto del caso pues para la árbitra, la acción de Mariano merecía una amarilla.
“Son cosas que manejamos a lo interno, la sanción está allí, surge una tarjeta amarilla. La árbitra consideró que era la sanción, más allá de eso, no hay que hacer ningún análisis”.
Sesgo
Esa doble acción que cometió Saprissa en comunicación se llama sesgo, según nos explicaron por separado dos estrategas en este campo.
Álvaro Jara expresó que los clubes deben saber manejar esos asuntos, porque queda en evidencia que para unas cosas, el video está bien, pero para otras no.
“Hacia la gente que me sigue, estoy dando un discurso doble como cuando un papá, al frente de la mamá, le dice a su hijo que no debió agredir a otro niño, que está muy mal, pero cuando se va la mamá, le dice que así se hace, qué cómo quedó el otro. No puede ser así”, dijo.
Jara dijo, incluso, que si la acción de Mariano no hubiera existido, la apelación del caso de Esteban hubiera parecido lógica, pero con ese video del argentino de por medio, lo mejor era quedarse callado.
Esteban Mora también manifestó que la actuación de Saprissa estuvo mal.
“El fútbol y la política son totalmente emocionales y es difícil para los gestores de estos equipos, como Juan Carlos Rojas, despegarse de esa emoción para actuar, pero deben actuar por encima, ser estratégicos y no dejarse llevar por el sesgo”, manifestó.
Dijo que una acción como la de Esteban Alvarado es una circunstancia con la que deben lidiar y más bien, estratégicamente, sacarle ventaja con una comunicación adecuada. Por ejemplo, que son guerreros y que siempre salen adelante pese a las adversidades.
“Yo siendo Juan Carlos Rojas no hubiera apelado ni estando la acción de Mariano, ni sin estarlo. Eso no es Saprissa, no se ve bien”.
Este incidente no solo evidencia errores estratégicos en Saprissa, sino resalta la necesidad de una gestión más coherente y reflexiva en situaciones de alta presión, para preservar la imagen y credibilidad del club.