EscucharCarlos “Pancita” Rodríguez, exfutbolista de los Toros del Norte, Belén y otros clubes en los años ochenta, es recordado por sus tiros libres, pero por esas vueltas de la vida, los perfeccionó una vez que colgó los tacos. Como dicen, nunca es tarde cuando la dicha es buena...
El talentoso, hoy de 49 años, nos confesó que en toda su carrera su época más feliz fue cuando integró el plantel del Cartaginés, en 1992, el equipo de sus amores, aunque es originario de Belén de Nicoya. Hizo una buena campaña y luego se fue a jugar a Honduras.
“En la familia siempre son de Saprissa y de la Liga. Pero a mí me gustan los colores azul y blanco y por ese gusto me fui haciendo de Cartago. Mi esposa dice que soy saprissista, ¡qué va! Lo que pasa es que tengo un gran amigo en Saprissa: Wálter ‘Paté’ Centeno.
“Me gusta ver al Saprissa y he tenido grandes amigos, pero también me gusta ver a la Liga y tengo muchos amigos, como Alexis Rojas, Javier Delgado, Froylán, Carlos Castro, Alexander Castro. En Saprissa Rónald González, Mauricio Wrigth, pero mi gran amigo es Paté”, insistió.
Y sobre su querido Cartaginés profetizó lo que ya muchos piensan, se puede caer al final.
Rodríguez, maestro del balón parado, tenía dos técnicas para rematar. Una era colocadito, casi sin tomar impulso, dándole con el borde interno y la otra era más fuerte y curveado.
Pancita, quien sigue mejengueando, le da a la pelota maravillosamente bien y dice que hay un toque que es el de patear la pecosa con el empeine, un poco con el borde externo (sin ser el tiro de tres dedos) en el cual la bola agarra mucha potencia. Ya lo tiene medido.
“He hecho goles de tiro libre como los de Roberto Carlos cuando le anotó a Francia. En Puntarenas, uno le da en línea recta, la bola va directa y en el aire se quiebra. Ese tiro libre lo he perfeccionado, pero eso se trabaja. Siempre tuve la técnica de pasarla por encima y llegué a la conclusión, a punta de hacerlos, que cuando son de cerca es cuestión de técnica y ver cómo se coloca el portero y de lejos es con más fuerza y con curva”. De esa forma nos pasó buenos bolados.
Y siguió con sus revelaciónes. Le gustaba escaparse a Estados Unidos a mejenguear en unos torneos clandestinos con futbolistas que se suponía debían estar en vacaciones. Y es que había mucha platica de por medio.
Pero lo más interesante es que en Costa Rica se organizan campeonatos similares, sobre todo en Santa Cruz y en Puntarenas, más que todo de veteranos. Incluso dice que en uno de esos conoció a Froylán Ledezma, de quien se hizo un gran amigo.
“En Paso Canoas se arma uno de esos campeonatos y es fuerte, no sé el premio de cuánto es, pero es bravo. Son equipos muy buenos. Es de veteranos y a uno le dan dinero. Froylán estaba esa vez, Evans Benwell, Kervin Lacey, Erick Matarrita, Greivin Camacho”, dijo.
Ama el fútbol. Carlos Rodríguez sigue vinculado al fútbol. No ha dejado de mejenguear, eso sí, en cancha de zacate natural y once contra once.
Además es técnico. Ha trabajado en segunda división como entrenador, como asistente y como encargado de ligas menores, por lo que no le cierra la oportunidad de llegar a la primera división otra vez, solo que esta vez desde los banquillos.
