Carlos Mora, uno de los cachorros manudos: “Creo que este año es el de la 30”

Los Juegos Deportivos Nacionales 2017 marcaron un antes y un después en la carrera de Carlos Andrey Mora Montoya.

A Tey, como le dicen en su familia desde niño, se le abrieron las puertas del equipo rojinegro para que se incorporara al equipo sub-17 y desde entonces está en el León.

El muchacho, de 19 años, y oriundo de San Antonio de Escazú es de perfil bajo y hasta un poco introvertido, porque no es de los que les guste llamar la atención fuera de la cancha, pero dentro sí.

En una charla con La Teja, Carlos nos contó un poco de su historia y, con la confianza de quien sabe que va por el camino correcto, se ve en diciembre alzando el título de campeón nacional.

“Yo veo al equipo muy bien, creo que este año es el de la 30, si Dios quiere, tengo la confianza que dentro de poco vamos a estar celebrando, tenemos un buen equipo, un gran grupo, que viene haciendo las cosas muy bien y debemos seguir así, por ese camino. Si todos nos unimos, creo que este año llegaremos a ese momento tan anhelado.

“Es primordial tener la confianza en lo que haces, nunca hay que desconfiar de uno, sabemos lo que tenemos, vamos para adelante, con todo, a salir a ganar lo que nos queda, eso es lo que caracteriza a un equipo como la Liga”, expresó el cachorro.

-¿Cómo se da la oportunidad de llegar a la Liga?

Acá estoy desde el 2017, yo salí de Juegos Nacionales a la Liga, me vio Enrique “Quique” Vásquez y me llevó allá, llegue a la U-17, pasé al alto rendimiento, luego dos torneos a la segunda, cuando estaba el Once de Abril, volví al alto y en eso estaba el entrenador mexicano Paco Cortés, el año pasado.

En ese torneo con Paco fue cuando el profe (Carevic) me empezó a ver y me subía a entrenar con la primera y después de que acabó ese torneo del alto ya me dejaron en el primer equipo.

¿Ya terminó el cole?

Me falta sacar quinto, todas las de bachi, el otro año ya lo saco acá con la Liga, el estudio es algo que acá nos hablan mucho que es importantísimo, es algo que nos hablan bastante.

¿Con quién hizo ligas menores?

Cuando estaba pequeño estaba en una escuelita de fútbol acá en Escazú, luego de ahí pasé cuando estaba empezando Escazuceña, que en ese entonces se llamaba Sol Naciente, por ahí de los 14 o 15 años estaba en un equipo del barrio que se llamaba El Carmen, de ahí me vieron y me llamaron para integrar la selección de Juegos Nacionales.

¿Cómo fue pasar de jugar en campeonatos de barrio a un equipo como la Liga?

Ha sido impresionante, algo que no me imaginé, ahorita con el CAR es otro nivel, es como estar en Europa o en otros lugares parecidos, para mí ha sido un cambio gigante, se nota desde lo físico, en el trabajo, algo excepcional.

¿Le sorprende el cambio físico que ha tenido en los últimos meses?

Claro, la verdad sí, lo he notado muchísimo, yo el torneo pasado entraba a jugar cinco o diez minutos lo máximo y era como un palillo, no tenía mucho músculo, estaba normal. Yo soy el primero que me sorprendí de ver el cambio. En la ropa lo noto mucho.

Entre ustedes, los más jóvenes del equipo, ¿hablan y vacilan con estos cambios?

Claro que sí, nos decimos, ‘¿qué es lo que nos estarán dando?’, bromeamos entre nosotros, pero ha sido todo un trabajo de mucho esfuerzo que se ve.

La lesión de Alonso Martínez le abrió la oportunidad en la titular, ¿cómo fue ese momento?

Todo eso se dio también por lo de los 11 positivos (de COVID-19) que tuvo la Liga, por eso empecé a jugar mucho más, es la oportunidad que ocupaba, jugar bastantes partidos para mostrarme y tomar la confianza que necesitaba, es para mí lo principal que debes tener, dije: ‘acá el tren va pasando y hay que montarse de una vez’.

¿Desde un inicio que posición jugaba?

Siempre jugué de extremo, o punta, pero mi posición principal es extremo, me gusta más y me siento más cómodo ahí.

A usted le gusta ser de perfil bajo, pero ¿cómo han sido las cosas en el barrio ahora que es más conocido?

Todo mundo ahí siempre ha estado muy pendiente de mí, me mandan muchos mensajes de apoyo, ya me ha pasado que voy caminando por la calle o salgo al súper y me saludan, ya lo reconocen a uno.

Es bonito que las personas lo reconozcan a uno por hacer lo que a uno le gusta, es una sensación linda.

¿Cómo se lo toma la familia?

Ellos están superfelices, mi mamá está muy orgullosa, ni qué hablar de mi familia, no se pierden nada, siempre están muy atentos, me pasan diciendo que si necesito que me lleven a los entrenamientos, me dicen acá estoy, más bien entre ellos se pelean por llevarme.

¿Cómo hace para no agrandarse?

Eso es gracias a mi mamá, mi familia y Dios, le doy muchas gracias a la familia que me dio, que me enseñó valores, humildad y eso es lo que a uno lo lleva a grandes cosas, por mami y mi papá es que soy así. Con él es vacilón, yo desde chiquillo soy liguista y por molestarme él decía que era saprissista, pero ahora me apoya muchísimo igual.