El 2022 ha sido un año en que la paciencia del volante del Santos de Guápiles Osvaldo Rodríguez se ha puesto a prueba.
El jugador, de 31 años, no jugaba desde febrero debido a una cirugía en su rodilla izquierda. Volvió para el Apertura 2022, pero presentó molestias en su rodilla derecha y el jueves pasado lo volvieron a operar, por lo que estará tres meses más lejos de las canchas.
Rodríguez asegura que más allá de la operación, una de las cosas que más le duele estar lesionado es no poder acompañar a su hijo Matías a mejenguear, pues el niño, de 5 años, es un fiebre y el Pato cada vez que puede practica fútbol con su pequeño.
LEA MÁS: Sporting se despide de un exmorado que jugará en el extranjero
“Él es supermejenguero, trato de no enseñarle, sino más bien de que disfrute, tiene cancha pequeña y cuando llega del kínder juego con él, pero en estos días no puedo hacerlo. Él está en la Academia de Fútbol Gustavo Martínez.
“La ventaja es que es un niño y no dimensiona tanto las cosas, aunque me ve sentado y va entendiendo”, afirmó.
Osvaldo explicó a La Teja que sus problemas de salud se deben al desgaste del cartílago de las rodillas y por eso decidieron enviarlo de nuevo a cirugía, para no alargar el malestar. En la presente temporada solo pudo estar en tres encuentros.
- ¿Qué fue lo que ocurrió?
Lo de la rodilla izquierda lo venía acarreando desde hace 1 año y ahí me iba tratando, porque estábamos en un buen momento con el equipo. Jugamos la Liga Concacaf, estábamos disputando las semifinales, pero llegó un momento en que el dolor era fuerte.
Ahora que hice la pretemporada para este campeonato comencé a tener problemas con la derecha, que se ocasionaron por el recargo del cartílago, se me inflamó en un par de ocasiones y fue apareciendo el dolor y vimos que no era lo correcto para mi salud y por eso se tomó la decisión de hacer la cirugía.
- ¿Cómo se siente después de la cirugía?
Fue una cirugía ambulatoria, me he sentido bien gracias a Dios, el dolor no es mucho ni poco, pero lo considero manejable y lo voy mermando con los medicamentos.
LEA MÁS: José Carlos Paradela: “Me gusta poner el sabor caribeño en la cancha”
- Es la segunda lesión en el mismo año. ¿Cómo trabaja la parte mental?
Es difícil, no voy a tapar el sol con un dedo, venía con regularidad y ahora es más difícil, porque me recuperé de la primera lesión y me mentalicé en que podía volver a jugar y se viene esta otra, pero hay que poner todo en mano de Dios y trabajar para estar mejor.
Yo aplico mucho la resiliencia, hay que levantarse y sé que si Dios lo permite volveré el otro torneo.
- ¿Duele más por el mal momento deportivo que pasa el club?
La lesión se da en un momento en donde yo necesito el equipo y el equipo ha estado ocupándome y el torneo no lo empecé jugando por la otra lesión y en los pocos partidos que jugué sentí que podía aportar, pero así son las cosas, hay que apoyar y ayudar al equipo de otra forma, estar cerca de ellos apoyándolos, siendo un líder positivo.
“Siempre he creído que el deporte es una escuela de vida y por más que se agache la cabeza, yo pienso que lo que viene estará mejor”.
— Osvaldo Rodríguez, jugador Santos de Guápiles.
- ¿Cómo va la recuperación?
En mi familia cuento con el apoyo de mi esposa Mabel y de mis papás, Roberto y Mayra. Lo primero es esperar que la rodilla se desinflame y este lunes empiezo a ir a Guápiles a fisioterapia. En eso paso tres semanas y luego fortalecimiento en la movilidad con piscina y tendré que estar fuera 12 semanas para estar en cancha haciendo cosas más de fútbol.
Además, alquilé un aparato llamado Game Ready, una máquina de frío y compresión que trae una especie de funda y se coloca cada dos horas, me la recomendaron para desinflamar.
- ¿Cómo lo han apoyado los compañeros?
El equipo se ha caracterizado por la unión, había algunos compañeros que no sabían que me iban a operar, pero en cuanto se enteraron comenzaron a escribirme.
Voy a los entrenamientos, a todos los juegos en casa, es una responsabilidad. Hay que apoyar al equipo en este momento, no es lo mismo estar peleando arriba, hay que transmitir calma, a sabiendas de que hay que apretar, estar más unidos y lograr remediar lo mal que estamos haciendo, con un cuerpo técnico nuevo.