A sus 41 años, Fabiola Campos quiere conquistar el mundo contra viento... y cáncer de mama.
Fabiola, vecina de Quepos y microbióloga, inició el tratamiento contra esta enfermedad el 30 de junio del año pasado y su diagnóstico no la detiene para seguir adelante con su vida.
Ella es amante del deporte y durante los primeros meses de su tratamiento mantenía sus rutinas de crossfit, pero luego de que le operaron el tumor, tuvo que dejar de lado esta práctica, pues no podía levantar grandes cantidades de peso.
LEA MÁS: Carrera contra el cáncer de mama será virtual
Por eso, desde enero se dedica al trekking, un tipo de caminata por montañas, que a diferencia del senderismo, requiere de un importante esfuerzo, pues los lugares que visitan no son planos. Inclusive, en su agenda ya tiene programada la visita al cerro Chirripó, para el mes de noviembre.
“Desde hace dos años realizaba caminatas con mi novio, pero con la pandemia vimos en el trekking una oportunidad para hacer ejercicio. En la travesía atravesamos ríos, escalamos montañas, en un día hemos hecho rutas de 25 kilómetros”, comentó.
El cáncer no la limita
En mayo del 2019, Fabiola se encontró una pelotita en su pecho izquierdo, gracias al autoexamen de mama.
Con la biopsia se confirmó la presencia del tumor y de inmediato inició su tratamiento en el Hospital México.
El 6 de enero pasado le quitaron el tumor y afortunadamente no le extirparon el seno. Ya finalizó las sesiones de quimioterapia y radioterapia y ahora lleva un control hormonal y de inmunoterapia, el cual debe continuar por 10 años.
“Cada tres semanas voy al hospital y la verdad me siento muy bien. Afortunadamente no he tenido complicaciones y eso me permite seguir trabajando y haciendo lo que me gusta”, agregó.
Campos ha recuperado su pelito y está deseando que le crezca más, pues le encanta el cabello largo y da gracias a Dios porque cuando se sometió a la quimioterapia aún no estaba la pandemia.
"Conozco a algunas personas que estaban recibiendo quimio y fallecieron a raíz del covid-19. En esos casos tener el virus es fatal, porque las defensas están en cero y por dicha, cuando inició la pandemia ya estaba finalizando las sesiones de radioterapia.
“Era muy estresante para mí ir al hospital porque tenía que viajar de Quepos a La Uruca todos los días y en ese momento la gente no tenía dimensión de las medidas, había gente que tosía sin el protocolo, o no mantenía la distancia”, aseguró.
Para Fabiola, el cáncer no es un limitante y por eso busca actividades que la hagan feliz.
“Cuando uno pasa por un proceso como el de cáncer tiene que hacer cosas que den alegría, que te relajen. Hay que sacar tiempo por tu propio bienestar”, dijo.
Con las piernas todo lo que quiera
Luego de la operación, esta guerrera intentó mantener sus rutinas de crossfit, pero se le hinchaba el brazo y el pecho que le habían intervenido.
“Los fisioterapeutas te valoran después de la operación. Ellos me dijeron que no podía alzar más de 2 kilos de peso y con el crossfit alzaba pesas de 95 libras (unos 44 kilos). Con respecto a las caminatas, me dijeron que podía hacer ejercicios de piernas cuanto quisiera”, añadió.
La quepeña manifestó que al inicio, luego de cada caminata terminaba molida, pero no le perdió el gusto, al contrario, quería caminar más y más.
"Uno piensa que es solo caminar, pero luego uno quiere aprender de otras cosas. Me he informado sobre serpientes, cómo hacer refugios, cuáles plantas puedo comer si me pierdo, cómo dejar señales, en fin, distintos métodos de supervivencia.
"Para mí esto es como una terapia, durante el trekking se hace lo que se llama terapia del bosque, que es interiorizar acerca de ese contacto con las especies. Escuchar las cascadas, las aves, el contacto con la tierra, es adictivo. Nosotros hacemos trekking todos los fines de semana”, expresó.
Algunos de los lugares que ha visitado son la Reserva Forestal Los Santos (3.400 metros sobre el nivel del mar), el cerro Paraguas en Pérez Zeledón (2.826 metros sobre el nivel del mar), las montañas aledañas a la playa Manuel Antonio.
Para hacer las caminatas se requiere de calzado especial, para que no le maltraten las uñas de los pies, un bulto liviano que no le moleste el brazo ni el pecho, ropa de secado rápido y tiendas de campaña.
Esta sobreviviente dijo que con la pandemia por el covid-19 no se ha detenido, más bien le favorece porque son ambientes poco visitados y no hay aglomeraciones.
“En mi opinión, para lograr hacer este tipo de caminatas se debe llevar un ritmo en el que todas las semanas se recorran por lo menos diez kilómetros, que incluyan lugares planos.
"Hay que ser disciplinados con la comida, con la ingesta de licor y con mantener el ritmo para obtener los resultados esperados”, agregó.