Beiker Latino Flores, de 26 años, es un fiel aficionado del Club Sport Herediano, quien se dio cuenta de que su mamá, doña María Esteli Flores, está luchando contra el cáncer de mama.
Él se enteró de una forma que no fue la más bonita que digamos: acompañó a su madre al hospital porque debía hacerse una biopsia y debía ir acompañada y durante la conversación fue atando cabos. Su madre tenía un tumor y debía someterse a los procedimientos establecidos.
“Fue difícil, no le demostré a ella nada, pero llegué a la casa a llorar, preocupado y luego me volqué a apoyarla. Yo no vivo con ella, pero mi casa está como a 300 metros y cada vez que puedo la acompaño a las citas y cosas de esas”, expresó.
En este mes rosa, la historia de Beiker Latino con su madre es el reflejo de lo que viven muchas familias que luchan contra el cáncer de mama.
“Ella es más valiente que yo, cuando perdió el pecho,estuvo internada como tres días, pero no se lo tomó mal. Fue más duro para mí. ‘Eso se reconstruye, yo ya pasé por todo, ya tengo tres hijos, no es algo que me moleste’”, me dijo.
En el proceso, doña María Esteli también perdió el pelo y fue otro golpe para Beiker, ya que él es barbero. Su madre cuando empezó a sentir que se le caía, fue donde él para que le hiciera un corte y se lo dejara bajito para irse acostumbrando.
“El 21 de diciembre del 2021 a ella se le cayó un puño de pelo y fue donde mí a que le cortara el pelo, un 24 de diciembre. No pude hacerlo”, expresó.
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Para Beiker; sin embargo, lo más difícil son los días duros de la quimio, cuando pierde el apetito y ni medicamentos puede tomar.
“La quimio y la radio son duras, se levanta a medianoche, vomita, tose, pasa tres horas en el baño y por más que uno le diga que se tome una pastilla, limón y sal, es parte de los efectos. Pasa con calentura, etcétera, es muy feo”.
“Repito, no vivo con ella, no me como todo el lapso entero, pero ella siempre ve la cara buena de la moneda, vive sola. Mi hermana mayor vive en Orotina, yo y mi otro hermano menor trabajamos y nos cuesta, pero siempre está positiva”.
La buena noticia para este joven es que su mamá ya fue dada de alta de la radioterapia, lo cual significa un alivio, pero debe estar con quimio, al menos, dos años más.
“Ella tiene cáncer, pero le están controlando que no se le pase a otro lado, hace poco creímos que se le estaba pasando al otro seno, pero por dicha no. Ahora tiene que ir dos veces a la semana a la quimio. Está en constante chequeo, algunas semanas tendrá que ir tres veces y otras solo una. Se lo van diciendo por semana”, explicó.
Beiker, conocido como Pibe, decidió llevar en su piel un tatuaje en apoyo a la gran batalla que libra su madre y lo luce con orgullo.
“Mi primer tatuaje fue a los 14 años y fue el nombre de ella y cuando me entró que quería hacerme algo de ella, ya tenía el nombre, una fecha como que no, entonces decidí lo siguiente.
“Es un lazo rosado que representa el cáncer y un par de guantes de boxeo qué significa que a ella nunca le quedaron pequeños los guantes y que sola sacó adelante a los tres hermanos. Ella siempre está para nosotros, igual que para sus nietos. Le mentiría si le digo que la he visto ahuevada o llorando algún día”, dijo orgulloso Beiker.
Aseguró que siempre ha sido herediano igual que su mamá, los tíos y los primos que viven en Orotina y eso comparten, como buenos florenses no se arrugan con nada.