Canadá sacó a Costa Rica de las Olimpiadas de Tokio a punta de patadas.
La ilusión de clasificar a los Juegos Olímpicos de este año se fue con un 1-0 en un error de la defensa de Costa Rica, en un partido reñido, pero en el que la árbitra mexicana Lucila Venegas fue demasiado alcahueta con las norteamericanas.
La azteca tuvo que expulsar, apenas a los cuatro minutos, a Christine Sinclair, la goleadora y referente canadiense porque le metió un codazo descarado a Mariana Benavidez.
Venegas se hizo la maje y nada más le sacó la tarjeta amarilla, cuando la tica necesitó hasta un vendaje especial porque del golpe hasta le rajó la cabeza.
Sin embargo, ese filazo no fue el único, pues las de la hoja de maple sacaron su mejor repertorio de patadas en un juego en el que, mínimo, pudieron salir con dos expulsadas.
Ninguna goleada
Los pronósticos fatalistas daban a Sele por derrotada desde el arranque, la duda era si el primer pepino de las canadienses caería tan rápido como contra las gringas, que ya a los cuatro minutos nos tenían recetados.
Precisamente esa goleada de 6-0 que nos pegó Estados Unidos el lunes pasado tenía a todo el mundo muy pesimista, pero el cuadro de Amelia Valverde demostró ser más fuerte que eso y en el juego que verdaderamente definía el boleto, fue otra cosa.
El orden defensivo, las ganas y el coraje no faltaron para nada ante las canadienses y a diferencia de los juegos anteriores, en los que Canadá entró arrasando, contra las ticas se quedó con las ganas.
Durante este preolímpico, lo más que duraron las canadienses en anotar fueron 26 minutos, en el partido de la primera ronda ante México, por eso conforme pasaban los minutos se iban frustrando y los golpes aparecían con más frecuencia.
Daba un poco de pena como una potencia mundial en el fútbol femenino recurrió al juego artero, los codazos y patadas para tratar de amedrentar a las ticas, a las que no podían generarle jugadas de peligro.
Costa Rica estaba muy bien ubicada atrás, pero le costaba armar algo en la media y generar ataques, el único del primer tiempo fue una que le quedó a Raquel Rodríguez, en el que la paró de pecho, se dio vuelta, pero el remate salió desviado.
La mano suave de Venegas con las canadienses seguía como si nada, al 32, Allysha Chapman, defensora canadiense le metió un rodillazo evidente en la cara a Noelia Bermúdez y no pasó nada, como en las siguientes faltas arteras.
Ya la cosa llegó al límite cuando Chapman de nuevo sacó la dientona y se le fue en barrida a Rocky Rodríguez, en una fuerte falta afuera del área que significó apenas la primera amarilla para una jugadora que, en esa jugada, debió irse a bañar temprano.
Lástima que ese tipo de jugadas no se aprovecharon, porque ante un contrincante al que costaba aproximarse, esas no se podían regalar, como lo fue el mal centro de Katherine Alvarado, que murió en el centro de la defensa.
Las canadienses tuvieron que esperar hasta el cuarto minuto de reposición del primer tiempo para realizar su primer remate directo, el cual atrapó sin ningún problema Noelia.
Un error y listo
En el segundo tiempo las variantes de Canadá surtieron efecto y se fueron adueñando del juego poco a poco hasta que consiguieron el tan ansiado gol, ese que tanto les había costado, pero que les llegó.
Deanne Rose tomó la pecosa por el sector izquierdo, superó a Lixy Rodríguez, la sirvió al área a Jordyn Huitema, quien la pegó al segundo palo, la pecosa rodó en el poste y se metió al marco, en una salida titubeante de Noelia, eso sí.
Con el marcador en contra la cosa era muy difícil, la cuesta estaba muy empinada. Gloriana Villalobos entró (tarde, al minuto 75) por María Paula Salas a ver qué podía generar, pero fue muy poco lo conseguido. La suerte estaba echada.
Costa Rica siempre se quedó sin boleto como decían muchos, pero hay maneras de maneras de despedirse y al menos la de esta selección, aguantando ante una potencia mundial, no tiene nada de vergonzoso.