Este diciembre, Carlos “Cali” Muñoz puede decir que recibió uno de los regalos con los que más soñó en su extensa carrera como surfista, el que lo hará, sin duda, pasar una de sus más felices navidades.
Santa se le adelantó este año al surfista y no fue que le trajo un chuzo de tabla de surf, sino que el 5 de diciembre recibió la noticia de que clasificó al Tour Mundial 2022 de la World Surf League, el máximo evento mundial en este deporte, el cual se disputa a lo largo de todo un año.
La ilusión del vecino de Jacó fue la misma que cuando se levantaba la mañana de Navidad a ver el regalito que le había dejado o Colacho o el Niñito Dios.
“Este es mi sueño desde que era pequeñito, desde que empecé a surfear, el que siempre tuve a largo plazo, muchas veces uno no sabe si en realidad lo va a lograr, más que entre más grande se pone uno la cabeza se pone a analizar más todo y que me llegue justo ahora, es increíble.
“Ya tengo hijos, me voy a casar, hice el CT (competencia de la World surf), ahora mi aspiración es poder aplicar todo eso durante este año e ir al mundial a subir hacia los primeros lugares. Alcanzarlo en este momento que tenía menos patrocinios y no lo tenía todo, es aún más significativo”, le dijo Cali a La Teja.
En la competencia, que se llevará a cabo el próximo año, de 32 surfistas que compone el tour en la rama masculina, solo hay dos latinos: Cali y el peruano Lucas Mesina.
“A nivel deportivo el 2021 fue el mejor año de mi carrera, clasifiqué a las olimpiadas, no pudimos llegar, pero apareció el nombre y en la historia quedó y ahora esto, diría que una por otra se me dio.
“Imaginen cuántas playas hay en el mundo y de todas las del mundo solo 32 personas pueden participar de ese tour, eso es como decir que Saprissa o la Liga clasifiquen a la Champions League a jugar contra los mejores del mundo, en términos de fútbol, es como decir eso. Ser de Costa Rica y llegar a un torneo de esos es algo impensado, es realmente muy difícil”, contextualizó.
Yo lo único que le pido a Dios es salud, para mí, mis hijos y que podamos aprender más de los demás”,
— Carlos Muñoz
Felicidad
La historia de Muñoz es la de un pulseador, una persona que nunca se rindió a pesar de las dificultades y que de la mano de su familia, como fuera, salió adelante.
Para llegar adonde está hoy, Carlos tuvo que sacrificar, durante los últimos dos años, hasta las navidades esa época tan linda y familiar.
Cali recordó entre risas y a modo de anécdota sus primeras navidades cuando era un chiquillo y una noche hasta casi, casi, descubre la llegada de Santa, hasta que se llevó por ahí una sorpresa.
“Cuando yo estaba bien pequeñillo, como a los seis años, escribí una carta al Niño y le pedí de todo, un Play Station y más cosas, pero mi mamá me cambió un montón de cosas para pedir lo que ella podía.
“La cosa es que no podía dormir ese día y escucho algo en el techo, entonces dije, ‘ya llegó, ahora sí, voy a verlo’, me levanto y me fijo y eran mi mamá y mi papá poniendo los regalos, hasta pensé que me engañaron por todos esos años“, contó.
Para esa Navidad a Carlos le regalaron una bicicleta y unos carritos con los que gozó montones, pues su destino con el surf y el mar aún estaba un toque lejos.
Cali todavía no pasa por esa etapa como papá, pues sus hijos aún están pequeños. Leah Joyce tiene tres añitos y en abril del año pasado nació Cale, por lo que tendrá que esperar un poquito más para recibir las cartas de sus peques.
“Todavía no me piden mucho, yo soy un papá muy chineador, pero uno aprende también de los papás de uno y trata de ser un poco original y mostrarles las cosas importantes”, agregó.
Pero, ¿qué le pidió este año Cali al Niño luego de un 2021 tan próspero?
“Yo lo único que pido a Dios es salud, que mis niños estén bien, que podamos aprender más de él y que las personas puedan aprender a través de los demás, al final todos somos hermanos y eso es lo más importante, desearle bendiciones a todos”.
La visita del Niño Dios a la familia de Muñoz es segura, toca y visita el corazón de cada uno de sus miembros, eso si que nadie lo finge, es un regalo que nunca falla.