Ariadna Rivera tiene 12 años y descubrió en el boxeo la forma ideal de defenderse y adquirir mayor disciplina para su vida.
Esta chiquita es vecina de Lomas de Ocloro, en el distrito Catedral de San José, cerca del Centro Comercial del Sur, y desde hace dos meses forma parte del proyecto “Un round más a la vida: boxeo con valores”, que busca que vecinos de comunidades en riesgo social vean el deporte como una oportunidad de crecimiento personal.
Ella y otros 150 niños y jóvenes se apuntaron a la iniciativa para aprender sobre este deporte y así noquear a las problemáticas sociales que pueden enfrentar en los lugares en donde viven. Las comunidades donde se dan las clases son, además de Lomas de Ocloro, Tejarcillos de Alajuelita y en Santa Ana.
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“En el tele veía a los boxeadores y me llamaba la atención. He visto muchas mujeres tener éxito y me gustaría ser como ellas.
“Gracias al boxeo he aprendido muchas técnicas, pero lo que más me gusta son las esquivaciones (cuando uno rechaza un golpe), estoy yendo a entrenar cuatro días a la semana y mis papás Mabelth y Maicol me apoyan para que siga aprendiendo”, comentó.
Un grano de arena
La iniciativa la desarrollan desde hace dos meses Humberto Aranda, exboxeador olímpico, y Abraham Mora, seleccionado nacional.
Aranda contó que el proyecto se originó en el Comité Olímpico Nacional, cuando presentaron un proyecto llamado “Boxeo con valores” y poco a poco lo fueron moldeando para que sea el programa que desarrollan al día de hoy.
“A través de los comités comunales se hace la convocatoria y los papás aprovechan que las clases son gratuitas. En esta primera etapa participan chiquillos de 10 años en adelante.
“Es muy satisfactorio poder trabajar en lo que a mí me gusta, trabajar con chicos que vienen de zonas vulnerables al igual que yo, y ser dirigidos por valores, inculcarles el respeto, evitar las bromas y trabajar el compañerismo”, comentó.
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La sicóloga del Comité Olímpico, Wendy Zúñiga, destacó que inicialmente el proyecto dura un año, pero se puede extender siempre y cuando hayan empresas que deseen aportar su grano de arena.
Además, esperan llevar el programa a más comunidades en riesgo social.
“Es sabido que la práctica deportiva, además de aportar múltiples beneficios físicos y psicológicos, es un mecanismo de transformación social y una actividad formadora, que es justamente lo que buscamos con el proyecto.
“Empoderar a quienes participen y, a través de la filosofía olímpica y los valores, promoverlos como líderes, agentes de cambio y ejemplos dentro de sus comunidades”, dijo.