Bryan Morales, portero del Santos de Guápiles, tiene una barra muy fiel que lo apoya cada vez que defiende el marco de su equipo en el estadio Ebal Rodríguez.
Esa barra la integran aficionados que también son miembros de la iglesia Ciudad para Las Naciones, a la que asiste el arquero.
“Ellos siempre han estado ahí, conmigo. Desde que se dieron cuenta de que iba a atajar fueron a apoyarme, casi la mayor parte de la iglesia va a apoyar”, dijo Bryan.
Cuenta el guardameta, quien fue protagonista el sábado pasado en el inicio de la cuadrangular contra Herediano, que van personas de todas las edades. Dice que en la etapa regular del torneo, en el partido contra Alajuelense, lo acompañaron unos 80 creyentes que van a la misma iglesia.
“Ese día casi llenaron esa parte de sol. Es importantísimo para mí (que vayan), es un apoyo extra además de nuestra familia. Es bonito, que lo estén apoyando a uno da mucha confianza; pero en el juego no le hago mucha mente para no desconcentrarme”, dijo.
Bryan fue elegido por el reconocido diario deportivo AS como el mejor portero del fin de semana de toda América.
“Fue una bendición de Dios, estar en ese once ideal es un pasito, pero uno puede dar más. Eso lo tomo para entrenar más fuerte, seguir creciendo, mejorar cosas que han faltado y saber que uno puede ser parte importante del equipo, hacer lo mejor posible y poder seguir ahí”, agregó.
El porterazo va a la iglesia cada vez que puede. Va a darle gracias a Dios por todas las bendiciones que recibe. Parte de su rutina en cada juego es encomendarse a Dios, le pide que le ayude a darle confianza al grupo en la cancha.
Está volando
El portero guapileño, vecino del barrio Caribean, carretera a La Colonia, disfruta su mejor temporada en la primera división.
Juega con Santos desde los 15 años, pero fue en el 2013 cuando debutó en la máxima categoría, gracias a la confianza de César Eduardo Méndez.
El entrenador uruguayo lo alineó en el primer partido del torneo contra Limón, el mismo rival al que enfrentarán este domingo a las 3 de la tarde.
Antes de esta gran temporada, en la que lleva 20 partidos disputados (de 23 jornadas) debió pasar seis meses en la segunda división, jugando con el equipo de Barrio México.
“Uno siempre desea estar en primera, pero en esos seis meses todo lo puse en manos de Dios para ver si regresaba a Santos o salía otra oportunidad. Las cosas se dieron de la mejor manera y me ofrecieron la posibilidad de volver. Fue un tiempo de madurez para volver y hacer las cosas bien y progresar, porque hay que seguir mejorando cada día”, dijo.
Muy futbolero
Gracias a sus buenas intervenciones en los partidos, Santos logró meterse en la cuadrangular final. Eso, como es lógico, tiene a Bryan muy contento porque su trabajo individual ha ayudado al grupo a lograr objetivos.
El santista, de 23 años y aún soltero, asegura traer el fútbol en la sangre y cuenta que siempre anduvo con los guantes en la bolsa.
“Desde niño siempre me gustó (atajar), cuando jugábamos con mi hermano (Edder Morales) y mis amigos me gustaba tirarme. Desde ahí decidí estar de portero y también tengo a mi abuelo (Mateo Carrillo), que fue portero y, entonces, viene de ahí; mi papá también jugaba y, además, por supuesto es un don de Dios”, afirmó.
Recuerda que siempre andaba con una bola y le sacaban el jugo al patio de la casa, donde se daban gusto armando esas mejenguitas que los chiquitos de los barrios gozan tanto.
Además, siempre ha estado apoyado por sus padres (Francisco Morales y Nelsy Carrillo), quienes lo jalaban de un lado para otro cuando era menor y debía ir a los entrenamientos.
“Ellos son los que me han acompañado siempre. A veces algunos no tienen al papá o a la mamá y no cuentan con ese apoyo, pero gracias a Dios lo tengo”, dijo.
Ahora, con la misma convicción de hacer bien las cosas, y probablemente con la buena barra de sus amigos de la iglesia, el domingo tendrá que ponerle bonito para evitar que la Tromba llene su marco de goles, como lo hizo con el Monstruo.
“Empezamos muy bien porque de visita y sacar un empate (ante Herediano) es clave. El grupo siempre quiere ganar en casa o afuera, pero el partido no iba a ser fácil, entonces un empate era muy importante para el arranque de la cuadrangular”, dijo.