Bryan Castillo es el orgulloso dueño de un Honda CR-V del año 1999, al que ha bautizado con un nombre muy particular: El Tóxico. Este apodo se debe a su perfil bajo, casi a ras del suelo, lo que ocasiona que el vehículo golpee, frecuentemente, con la superficie de la carretera.
A raíz de los constantes golpes, Bryan decidió darle este nombre y tomar medidas para proteger el auto. Uno de los incidentes más graves fue cuando un bombazo dañó el motor. Para solucionarlo, tuvo que elevar ligeramente la zona donde se ubica este y añadir una plancha protectora. Esta es solo una de las muchas modificaciones que le ha hecho a su chuzo.
Vecino de Montecillos de Alajuela, Bryan utiliza el vehículo solo para eventos y exhibiciones, y no usa plataformas para llevarlo, pues él mismo lo maneja hasta los encuentros. Expresa que siempre le ha atraído el estilo de perfil bajo en los autos, y asegura que todas las modificaciones las ha hecho él mismo. A pesar de ser un modelo americano, el Honda cuenta con varias piezas originales japonesas.
“Este carro era de mi papá, quien lo compró a una empresa importadora. Lo tengo desde hace seis años, y aunque, inicialmente, lo mantuve en su estado original por un año, después comencé a modificarlo”, comentó Bryan.
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Entre las modificaciones realizadas, menciona la suspensión, el motor, partes exteriores del mismo, así como los asientos, el volante, la carrocería y la pintura. “Por ejemplo, el bumper y la compuerta de atrás los mandé a traer directamente de Japón”, añadió.
Una de las preguntas que más le hacen es cómo maneja un carro tan bajo, ya que sabe que no a todos les gusta ese estilo. Explicó que evita ciertas calles, y cuando se encuentra con un reductor de velocidad (conocido popularmente como “muerto”) muy alto, acelera para pasarlo rápidamente.
Además, Bryan explicó que toda la tendencia de llevar el carro tan bajo se conoce como “camber”, y que los aros torcidos forman parte del estilo denominado stance y, precisamente, se tuercen para evitar golpes. “En el caso mío, por ser un carro grande, utilizo aros de diez pulgadas y media de ancho”, comentó.
Si bien hay personas a las que les encanta este estilo, también hay quienes lo critican. “Muchos piensan que por ser un carro 4x4 debería tener una suspensión de aire, pero no es así”, aclaró Bryan.
Bryan Castillo no solo sigue una tendencia automovilística, sino que demuestra que la pasión por los carros va más allá de las críticas. Su meta es clara: seguir asistiendo a exhibiciones y hacer que su CR-V del 99 siga dejando huella en el mundo del tuning.