El mediocampista de Alajuelense, Bernald Alfaro, pasó la triste página de perder la gran final ante Herediano regalándole alegría a niños de La Candelaria de Naranjo.
Bernald fue de los jugadores manudos más dolidos, salió en un puro llanto de la gramilla del estadio Alejandro Morera Soto al ver como, a falta de tres minutos para que terminara el partido, les arrebataron la copa número 30 en la historia de la institución.
La actividad se llevó a cabo este lunes y fue organizada por la Asociación Deportiva Carmelita. Alfaro fue porque él es ficha carmela, pero juega en condición de préstamo con los erizos.
LEA MÁS: La 28 del Team empezó con una chema rojiamarilla
“Estoy muy contento de haber compartido con estos niños, de ver la cara de felicidad que ponen cuando reciben un pequeño presente, hay que ser agradecidos con las personas que lo han ayudado a uno y retribuir a la sociedad lo que uno ha recibido”, contó Bernald.
El jugador, de 22 años, obviamente se refirió a cómo se sentía dos días después del leñazo que se llevó en la cancha.
"Más allá de la derrota y ese trago tan amargo, estas cosas lo liberan a uno un poco, lo desestresan a uno, lo ponen a pensar en algo diferente y al final es muy bueno”, agregó.
Alfaro fue protagonisa el sábado por la tarde porque anotó un golazo que, en su momento, representó el 1-0, claro, el recuerdo de ese momento no será tan grato como hubiera deseado.
“Es algo totalmente agridulce, yo cambio el gol por haber podido quedar campeón, sin lugar a dudas, pero así es esto y solo queda echar para adelante”, señaló.