Carlos Sánchez asegura haberse hecho una idea de lo que vivió Cristóbal Colón cuando partió de España para descubrir América o de los recorridos que hicieron los vikingos por el mar, esto después de viajar desde Costa Rica al Viejo Continente por tierra y mar debido a su temor a los aviones.
Este empresario, vecino de Zapote, llegó a Madrid, España, el 24 de setiembre tras salir de nuestro país 19 días antes.
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Desde hace 25 años, Sánchez decidió no viajar en avión por el pánico que les tiene, de ahí que su primera visita a Europa le haya implicado viajar en bus desde San José a Houston, Estados Unidos,y luego tomar un tren a Nueva York. De ahí partió en crucero hasta Southampton, Inglaterra, luego se fue en otro tren a Londres, cruzó el canal de La Mancha para arribar a París y siguió en tren hasta España, donde está con una hija y sus dos nietos.
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La razón de su loco viaje es correr la maratón de Valencia, España, el 1 de diciembre y sí, si usted se está preguntando si hará el mismo recorrido para regresar a casa, la respuesta es afirmativa
“La idea es llegar a Costa Rica el 30 o 31 de diciembre", contó Sánchez, de 66 años.
¿Por qué así?
En una entrevista con La Teja, el 13 de enero, don Carlos confesó que le tiene pavor a los aviones y por eso les hizo la cruz, además, asegura que hacer un recorrido por tierra y mar le permite tener tiempo para pensar, agradecer, llorar y conocer nuevas personas.
“Hay gente que cree que porque tiene plata son la mamá de Tarzán y al final todos somos iguales”, comentó con mucha sabiduría.
Para tener más claras las fechas del aventurado recorrido, don Carlos nos dijo que salió de suelo tico el 5 de setiembre en Tica Bus, pasó por Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, hasta llegar a Houston el 10 de setiembre.
"Descansé un día y de ahí salí para Nueva York, como el tren va por dentro y haciendo paradas, se dura como dos días e hicimos una conexión de ocho horas en Nueva Orleans, entonces busqué un hotel para dormir un rato y salir al otro día a las cinco de la mañana.
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“El 13 llegué a Nueva York y el 15 de setiembre salió el crucero para llegar a Southampton el 22 de setiembre”, explicó en detalle.
Del viaje en altamar dice que es bonito y la comida buena, solo que no se ve nada, no hacen paradas en ningún puerto y la bronca fue que hubo días con mar bravo, por lo que no los dejaban salir a cubierta.
Lo anterior implicaba estar en la habitación y el movimiento le provocaba muchos mareos, le costaba dormir y no podía correr ni un poquito para aflojar piernas.
Una vez en el puerto inglés, se fue en tren a Londres para conocer la ciudad y luego pasó a París, donde le dio chance de ver lo dañada que quedó la Catedral de Notre Dame por el incendio de este año.
Al ser su primera vez en el Viejo Continente, Sánchez dice estar maravillado con las bellezas que se ven, así como la puntualidad y eficiencia del transporte terrestre.
“Eso sí, un día íbamos en tren y hubo que esperar tres horas porque un carajo se le tiró al tren”, recordó.
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Al final, llegó a Madrid el 24 de setiembre, donde se encontró con su hija y dos nietos.
Para irse aclimatando, piensa correr medias maratones, la primera en Logroño, este 6 de octubre. El 27 de octubre correrá otra en Valencia y el 10 de noviembre una en San Sebastián.
El 24 de noviembre regresará a Valencia para la gran meta: la maratón del 1 de diciembre.
Sobra decir que todos los recorridos internos los hará en tren, por aire nada.
¿Cuánto cuesta?
Le preguntamos a don Carlos cuál es el precio de un viaje por tierra como el que hizo y nos explicó que un tiquete en bus desde Costa Rica a Guatemala vale, aproximadamente, $90 (¢52.920) o $120 (¢70.560).
De Guatemala a Tapachula, México, son $40 o $35 (entre ¢20.580 y ¢¢23.520), de Tapachula a Ciudad de México el viaje sale en $100 (¢58.800).
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De ahí a Bronwsville, Estados Unidos hay que pagar $90 (¢52.920) y de Houston a Nueva York el tren cobra $300 (¢176.400).
Es decir, solo por viajar de Costa Rica a Estados Unidos, don Carlos invirtió ¢282.200, aproximadamente unos $650 que es el valor de un tiquete de avión en temporada alta, pero que puede costar la mitad si se compra con anticipación o se tiene la suerte de conseguir una oferta.
A eso se le suman $800 (¢470.400) en hoteles para los lugares donde pudo descansar.
Una vez concluido el recorrido en tierra, vino el viaje en crucero, por el que desembolsó $2.300 (¢1.352.400), con comida y todo.
Si revisamos precios en Internet, un tiquete de avión entre América y Europa le podría haber costado entre $450 (¢264.600) o poco más de $1.000 (¢588,000), dependiendo de la anticipación con que se consiga, es decir, más caro el viaje por tierra y mar que por aire.
Ya en suelo inglés,el recorrido entre Londres y París puede costar 100 euros, casi ¢70 mil, en el Eurostar.
“El regreso es igual, salgo el 15 de diciembre para llegar el 22 a Nueva York; calculo que el 30 o 31 de diciembre estaré en Costa Rica”, añadió don Carlos, quien fue presidente del Herediano y el Santos de Guápiles.
Para no pasar apuros, don Carlos empezará a reservar los tiquetes de bus estos días y así evitar quedarse sin lugar para Navidad y Fin de Año.
Don Carlos está en todas y reserva dos lugares en cada bus en México y Centroamérica, con horas distintas, por aquello de los atrasos en las conexiones.
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Si usted aún se pregunta si un viaje como este vale la pena o es mejor que don Carlos se tome una pastillas para dormirse mientras va en avión y evitarse este viacrusis, él le tiene una respuesta.
"Hay cosas que son importantes para mí, una es la aventura, las peripecias que se pasan, que te traten bien, mal o regular, pero son cosas que te hacen valorar la gente, la vida, lo vuelven a uno ser más sencillo de la cuenta.
“La gente tiene una filosofía muy equivocada de lo que es ser exitoso, con un cinco se creen la mamá de Tarzán y esto (un viaje así) lo vuelve a uno a la realidad, en un viaje de estos usted no es nada, llega sencillito y eso es parte de mi filosofía de vida”, indicó este hombre que, sin duda, disfruta cada minuto de la vida.