Para una persona que el deporte ha sido siempre parte de su vida, no es sencillo terminar en una silla de ruedas de un momento a otro.
Sin duda es una experiencia muy difícil de asimilar y la cual muchos no logran superar, pero la atleta tica Amalia Ortuño no solo logró volver a hacer lo que tanto ama, sino que fue más allá y actualmente puede rajar al decir que es la campeona mundial de crossfit adaptado, categoría silla de ruedas.
“Este año estoy en la preparación para defender el título mundial en noviembre, el deporte es mi vida es mi pasión, es algo que quiero transmitir a todos, especialmente a las chicas a través de mi ejemplo, que vean en mí todo lo que pueden lograr y hacer”, nos contó con orgullo.
Hoy Amalia vive feliz, es una deportista de élite con un calendario apretado y hasta da clases de crossfit a mujeres como embajadora de la marca Kotex, gracias a una novedosa dinámica llamada Reto Kotex.
“Mi rol dentro de esto es demostrarle a las chicas que sí se puede, que no hay limitantes, que no importa nuestra condición física o capacidad deportiva, ya que siempre se puede hacer cuando se tenga voluntad”, explicó.
La historia de superación de Amalia empezó hace cinco años cuando le diagnosticaron un problema degenerativo en las caderas que la dejó de por vida en silla de ruedas. A raíz del bombazo que recibió de no poder volver a hacer deporte tuvo que experimentar un especie de luto que al final le ayudó a recuperar sus espíritu competitivo.
“Toda mi vida fui deportista de alto rendimiento y cuando me diagnosticaron esto mi vida deportiva se acabó, no podía hacer nada con el tren inferior (piernas). Pasé dos años sometiéndome a cirugías y como no podía hacer absolutamente nada entré en depresión.
“Pero me di cuenta que necesitaba encontrar un deporte competitivo, que es lo que estoy acostumbrada, así que me puse a investigar un poco y conocí lo que era el crossfit adaptado, lo probé y me encantó, porque era de un nivel bastante alto y a lo que estaba acostumbrada”, explicó.
Amalia compitió en triatlón y otros deportes antes de padecer esta enfermedad, la cual se reservó su nombre, así como su edad.
Categoría muy pesada
Si hacer crossfit convencional es duro, la modalidad adaptada es todavía más pesada pues todo el esfuerzo se concentra en sus brazos y hombros.
Desde hace dos años y cuatro meses se metió de lleno en esta categoría y más rápido de lo que esperaba empezó a tener grandes resultados, los cuales ratificó con el campeona mundial.
“Cuando empecé a hacer este deporte y vi que podía alcanzar un nivel alto me entraron las ganas de competir y cerca de esa fecha venía el clasificatorio para el mundial del 2019, por lo que decidí hacerlo para probar de qué se trataba y sentir esa adrenalina.
“Me topé con la sorpresa que clasifiqué para el mundial el cual se realizaría dos meses después en Canadá, así que me preparé a como pude con el poco tiempo que me quedaba, fui pensando en competir hasta donde pudiera debido a que me enfrentaría con atletas élite, pero al final tuve la dicha de ganar el mundial”, recordó.
La primera sorprendida con ese resultado fue ella, un momento que describe como el más grande de su vida deportiva, pues en algún momento pensó que el deporte había terminado para ella.
“Fue supersatisfactorio después del proceso tan difícil que viví, de aceptar mi nueva condición. Esto me abrió muchísimas puertas y la mente, porque realmente cuando uno quiere algo lo puede lograr, mi mentalidad como deportista cambió muchísimo, maduré de manera increíble”.
Amalia ahora se roza entre atletas paralímpicos de primer nivel y con múltiples medallas. La defensa del título le correspondía hacerla el año pasado, pero debido a la pandemia no se realizó el evento, por eso se pasó todo para este año.
“Verme ahí en ese podio alzando la bandera de Costa Rica fue algo muy grande, que uno piensa que solo se ve en las películas, pero superar todas las limitaciones y observar que todo sacrificio tiene una recompensa es satisfactorio. Al principio hasta me costó entender el título que había logrado y fue hasta los meses que me di cuenta realmente que sí pasó”.