El atleta costarricense Juan Diego Castro tomó el martes un vuelo de los que podían salir desde Costa Rica rumbo a Houston, Texas, donde haría una escala antes de viajar a Oklahoma para volver a su universidad.
Por dos meses, el corredor nacional estuvo en la casa de sus padres mientras terminó la temporada universitaria. Con su gente se resguardó de la pandemia y aprovechó uno que otro chineo.
Mientras estuvo entrenando en Tiquicia, una lesión en la pantorrilla derecha reapareció y un día antes de volver al norte hasta tuvo el chance de examinarse en la clínica del doctor Sánchez Ospina con tecnología que usan jugadores de la Juventus de Italia.
“Tuve una lesión en la pantorrilla izquierda hace dos años, me la traté en la clínica del doctor Sánchez, me hicieron un muy buen trabajo. Cuando me vine acá (a Costa Rica) me volvió a aparecer, fui de nuevo y me dijo el doctor que era extraño que fuera recurrente y que podía indicar algo.
“Con toda la tecnología que tienen se encargaron de recuperarme, fueron unos quince días de terapia y cinco de correr y quedé totalmente bien. Para que no me volviera a pasar me refirió al doctor Herrera, que con quien tuve los exámenes”, detalló.
En el consultorio junto al doctor Rafael Herrera, experto en biomecánica, al atleta de 20 años le realizaron diversas pruebas de movimientos que le permitirán darse cuenta en qué debe trabajar.
“Me hicieron evaluaciones de movilidad, me detectó que tengo mucha falta de flexibilidad con una parte de la espalda y que uno de mis pies rota más que el otro al correr,.
“Después me hicieron pruebas con computadoras desde un punto de vista más tecnológico, en caminadoras, para analizar mi forma de carrera, la presión que hago con cada pie de manera específica, cómo se comportan las articulaciones de zancada”, detalló.
Juan Diego explicó que esta tecnología es bastante exclusiva y llegó a Costa Rica hace un tiempo. El doctor Herrera incluso ha tenido contactos con el fisioterapeuta del Boca Juniors para trabajar en conjunto.
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“El doctor me explicó que es una colaboración entre la Clínica Bíblica y un laboratorio internacional internacional italiano, que está en Milán, y decidieron poner varias sedes en América y una está en Costa Rica, me dijo que esta misma tecnología es la usan en la Juventus con los jugadores.
“Es una muy buena oportunidad, es lo más top del mundo el equipo que tienen y con el que me examinaron”, agregó.
Castro tiene una beca en la Universidad de Oklahoma State, una de las mejores para desarrollar atletas en Estados Unidos. en las que además estudia dos carreras: Administración y Mercadeo.
Al regresar a Gringolandia, le correspondía guardar una cuarentena de 14 días a solicitud de su universidad. Una vez que cumpla ese periodo se integrará a los entrenamientos.
En las competencias que se pudieron realizar antes de la pandemia, Juan Diego alcanzó excelentes resultados en campeonatos universitarios de pista bajo techo y otros al aire libre.
“Vuelvo por clases y la temporada de Cross Country que hasta el momento no se ha cancelado, se han tomado varias regulaciones, pero sigue. Las clases las voy a tomar en línea para no exponerme, pero los entrenamientos siguen”, detalló.
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Excelentes manos
El doctor Willy Sánchez Ospina, dueño de la clínica en la que atendieron a Juan Diego, explicó que desde que el atleta fue al mundial juvenil de atletismo (2018), ya seguían su caso.
“Luego de que lo viera el licenciado Herrera vimos que hay una alteración con Juan Diego, lo importante es que ahora ya se tiene un diagnóstico en qué trabajar con base en elementos para evitar que eso vuelva a pasar”, explicó.
“La clínica siempre se ha caracterizado por tener lo último en tecnología para el área deportiva, estamos a la par del Tennis Club (en Sabana Sur). Tenemos diversos tipos de máquinas que no se tienen en todos lados”, detalló el médico.
El doctor Sánchez es el médico del Comité de Deportes de San José, cantón por el que compitió Castro en Juegos Nacionales; allí se conocieron.
Un atleta como Juan Diego Castro, que apunta a lo más alto, no podía vacilar para tratarse de la misma manera y seguir por el camino que llena de orgullo a los costarricenses.