Óscar Ramírez después del Mundial de Rusia 2018 se alejó del fútbol y disfruta de su vida entre Hojancha en Guanacaste y su querido Belén.
En una entrevista con el medio Desde la banca de Roger Ajún, contó porque está tan gusto con su nuevo estilo de vida.
“En los momentos que estuve como técnico siempre di lo mejor y me entregué, pero también entendí que me brinqué varias etapas de mi vida como la adolescencia, siempre me he regido de ser gente sencilla, me faltó esa parte de quedarse hablando con la gente media hora y hacer mandados.
“Ser futbolista es muy complicado, es como aislarse del mundo, la normalidad es lo que me enamora y desde que llegué a Hojancha es cómo el Belén (en Heredia) que me crié, algo me decía que era aquí el lugar dónde voy a cerrar y lo estoy cumpliendo” explicó.
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La tranquilidad del campo, la paz y llevar un estilo de vida más pausado fueron otras de la razones que complementaron la decisión del Machillo para vivir en la bajura guanacasteca, eso lo combina entre el trabajo en su finca de naranjas y las invitaciones que recibe para pasarla bien.
“Esa parte me enamora mucho, la cotidianidad de hablar con la gente y que lo inviten a uno, por ejemplo, todos los fines de semana son diferentes acá, recibís invitaciones para ir a la playa, a fincas, eventos taurinos y me siento muy cómodo, lo disfruto y recupero una parte de mi vida”, agregó.
Hasta confesó en son de broma que quiso cambiar su número de cédula de 4, que representa a los nacidos en Heredia, a 5 por Guanacaste.
“Fui a cambiarme la cédula de identidad (risas) y me dijeron que no, entonces me dije que me quedará en 4,5, mitad herediano y el resto guanacasteco”, cerró.