Las siete árbitras que denunciaron de acoso sexual a una instructora de la Federación Costarricense de Fútbol, una mujer de apellido Miranda, y ahora piden a la Comisión de Acoso de la Fedefútbol dar a conocer el fallo, pues el proceso terminó a mediados de junio y no hay voluntad para dar a conocer el veredicto.
El abogado Róger Duarte, defensor de las siete árbitras denunciantes, explicó que este martes presentó un escrito en el que pide que les den una respuesta a los hechos, pues desde que declaró la denunciada, a mediados de junio, no ha pasado nada.
“Presenté un escrito para solicitar el derecho de respuesta o la resolución final o la recomendación que le piensan hacer al Comité Ejecutivo porque según el reglamento de acoso de la Federación, la comisión debe recomendar al Comité Ejecutivo”, dijo.
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Además, también pide que no se admita una prueba que presentó la denunciada a última hora y que tiene que ver con la vida privada de una de las silbateras, algo sin relación alguna con el caso, según Duarte.
Una de las acusadas, dijo a La Teja: “Solo esperamos la resolución de la comisión, pero evidentemente le están dando largas, no sé si están esperando que pase el Mundial Femenino Sub20 para que nadie se de cuenta”, dijo la mujer, quien prefirió mantenerse en el anonimato.
La acusación fue presentada el 20 de enero del presente año y las audiencias se realizaron a finales de mayo y principios y mediados de junio. Como medida cautelar, Miranda no puede interrelacionarse con las denunciantes.
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Parte de las denuncias, de las cuales La Teja tiene copia dicen: ‘(... me dijo que tenía vídeos y fotos mías con una persona allegada al arbitraje, con la cual yo mantenía una relación sentimental, indicándome que si yo no finalizaba esa relación iba a tener problemas y repercusiones (...)”.
“(...) la señora Miranda le dijo a la compañera Jiménez que no quería que yo llegara a la Comisión de Arbitraje porque me ‘cogía’ a todos los árbitros”.
En otra de las denuncias se lee: " acostumbraba a dar un saludo de llegada, el cual incluía besos o abrazos, los cuales me hacían sentir incómoda … los besos eran largos, sonoros y me dejaban la mejilla con babas y eso me producía asco, además de tomar mis mejillas con sus manos reduciendo mi capacidad de movimiento con el objetivo de que no me alejara (...), los abrazos se daban de manera desproporcionada y con connotación sexual ya que en ese momento rozaba sus pechos con los míos, lo cual me hacía sentir incómoda”.