El arbitraje de Costa Rica ha tenido tres puntos de mejora desde que asumió Horacio Elizondo como presidente de la Comisión de Arbitraje, sin embargo, los errores siguen dándose en los terrenos de juego.
Eso se supone pasa porque hay que dar un poco más de tiempo para que los réferis asimilen mejor las nuevas ideas y se vea un poco más la mano del argentino, pero ya debería de haber al menos pinceladas.
Sin embargo, con seis semanas que tiene de laborar en Costa Rica, se ven algunas cosas positivas, que tienen que ver con aspectos administrativos y de campo.
Dentro del terreno de juego, la principal virtud que señalan los analistas arbitrales Orlando Portocarrero y Henry Bejarano es la fluidez que se le ha dado a los partidos.
“Lo único que he visto bueno es que veo mejor dinámica de los juegos, no pitan las simples faltas, le dan continuidad, es una leve mejoría, una pincelada donde se le da ritmo a los partidos, pero no he visto cambio en la toma de decisiones”, expresó Portocarrero.
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“Creo que al árbitro se le debe exigir más y al señor Elizondo que, para eso está ganando, y no son cinco pesos”, agregó Portocarrero.
Bejarano tiene la misma observación, ha visto juegos con más continuidad, pues los árbitros ya no pitan tanto como se hacía antes.
“Los árbitros dejan jugar más, aunque eso no significa necesariamente que tengan control y manejo de juego. Me han dicho que esa directriz de dejar jugar tiene confundidos a alumnos porque don Horacio no puede pretender tan rápido cambiar un estilo, como lo hacen en Argentina, en todo caso es un cambio positivo”.
“Lo malo es que el señor Elizondo está ganando mucha plata y no se ve que haya hecho nada, porque eso es muy poco”, añadió.
Sin aúllar
Otro acierto que se le atribuye al señor Elizondo fue la eliminación de grupos o subgrupos dentro de los árbitros, como los llamados Lobos.
Ya no hay signos externos de los Lobos en computadoras, pizarras electrónicas ni en nada.
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“Él les dice que el cuerpo arbitral es un equipo, no una división de grupos, eso era una mala costumbre y él lo quitó. O sea, los Lobos se siguen reuniendo como un grupo de amigos, que van al gimnasio y son parte de los árbitros pero nada de divisiones o de subgrupos dentro de la comisión. Todos son los mismos”, comentó Portocarrero.
Bejarano también dijo que era una mala costumbre y que Elizondo quitó el grupo.
“Les quitó el nombre, como que los regañó, ya no tiene el logo, les dijo aquí no hay Lobos, ni Coyotes, ni Tigres, todos son lo mismo. Eso es bueno”, expresó Bejarano.
El tercer elemento donde ha acertado el señor Elizondo es en la metodología de entrenamiento.
“Algunos árbitros me han dicho que están contentos, antes no tenían un entrenamiento, un trabajo de campo, ahora dice que son buenos entrenamientos, los lleva al cansancio físico y mental y están sometidos como si fueran partidos reales”, expresó Portocarrero.
Ya en cuanto a la toma de decisiones de los silbateros, es donde se requiere mayor tiempo para que las charlas técnicas, que está haciendo, surtan efecto.
“Ha tenido charlas con ellos donde les dice que es lo que él quiere y requiere pero es un proceso de conocimiento de los árbitros principales y de los asistentes”.
Nombramiento
La principal crítica que se le hace a Elizondo es un elemento que se arrastra desde la comisión anterior y son los malos nombramientos.
Es decir, un árbitro sale mal de un partido y a la siguiente jornada vuelve a estar nombrado.
El caso de Josué Ugalde y la expulsión de Marvin Angulo sirve de ejemplo porque hubo dos errores, volver a nombrarlo para la siguiente jornada y la retractación que hizo el propio silbatero, en un discurso extraño.
En el comunicado, puso lo siguiente sobre Ugalde. “Después de ver las imágenes entendió que él no estaba equivocado en la decisión que tomó, pero sí reconoció que hubo un accidente”.
Bejarano dijo. “Lo que uno ve como árbitro en la cancha es sagrado, pero a él lo obligaron a retractarse y la FIFA prohíbe eso porque es la verdad del árbitro en cancha. Si tuvo razón o no es otra cosa”.
Portocarrero expresó que Elizondo, pese a que dice que no conoce a los árbitros debe tener la autoridad para expresarle a quien nombra (se supone que sigue siendo Jeffrey Solís) cuando es conveniente y cuando no, designar a una persona.
“No se puede premiar al árbitro que lo ha hecho mal, se puede nombrar al que comete errores que no generen impacto porque siempre habrá errores, pero Josué Ugalde o Rigo Prendas han cometido errores muy gruesos que no se pueden premiar con designaciones”, comentó Portocarrero.